Edición Médica

Leandro Augusto Plazas Cristancho, magíster en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Redacción. Bogotá
En el departamento de Casanare, la incidencia del dengue ha mostrado un alarmante aumento, manteniéndose en situación de epidemia durante los últimos dos años. En el primer cuatrimestre de 2024, se registraron 1.041 casos, de los cuales el 35 por ciento presentaron signos de alarma, y uno resultó en muerte, según reportes de la Gobernación departamental.
 
Para abordar esta problemática, Leandro Augusto Plazas Cristancho, magíster en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), ha llevado a cabo un análisis del comportamiento epidemiológico del dengue en Yopal, la capital de Casanare. Utilizando Sistemas de Información Geográfica (SIG), Plazas identificó 24 microfocos de alta transmisión en el casco urbano de la ciudad, destacando la prevalencia de la enfermedad en adultos jóvenes y niños menores de 9 años.
 
El estudio se basa en el trabajo que realiza en la Secretaría de Salud Departamental de Casanare, donde colabora en el programa de enfermedades transmitidas por vectores. Plazas ha remarcado que el dengue es uno de los principales focos de atención en la vigilancia de salud pública, debido al aumento de casos y muertes en la última década. Utilizando el sistema de vigilancia en salud pública del Instituto Nacional de Salud (INS), el investigador recopiló datos de casos probables y confirmados de dengue en el municipio de Yopal entre 2013 y 2021.
 
El estudio ha revelado que las comunas 4, 5 y 6 de Yopal, que han experimentado un rápido crecimiento poblacional, concentran la mayoría de estos focos, con sectores como El Gaván, La Bendición y La Campiña entre los más afectados. La investigación también señaló que las áreas de mayor riesgo corresponden a asentamientos informales con acceso irregular a servicios básicos, lo que favorece la proliferación del mosquito transmisor, Aedes aegypti.
 
El investigador ha subrayado la importancia de las herramientas SIG para orientar las intervenciones en salud pública, permitiendo priorizar acciones de control y educación en los sectores más vulnerables. "Con estos mapas de riesgo podemos focalizar las actividades de control de vectores, logrando un mayor impacto en la reducción de casos", ha concluido Plazas.

---