Edición Médica

Pieralessandro Lasalvia, director del equipo técnico y coautor del estudio.

Karen Juliete Rojas. Bogotá 
En términos de años de vida ajustados por incapacidad, el dolor crónico en Colombia está por encima de enfermedades como diabetes, eventos cardiovasculares, accidentes de tránsito, cefalea y EPOC. Datos que complementan los más recientes resultados de la Encuesta Nacional de Dolor ACED, evidenciando que esta enfermedad en sí misma afecta a más de la mitad de la población.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Pieralessandro Lasalvia, director del equipo técnico y coautor del estudio, ha explicado que, dentro de los resultados de Estudio de Carga de la Enfermedad, el dolor crónico se encuentra en el top de las 5 de las condiciones con mayor carga.
 
Cabe mencionar que, desde mayo de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido patologías derivadas del dolor crónico en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), con el objetivo de dar oportunidades para mejorar la atención, estudio y seguimiento.
 
“Se debe tener en cuenta que, la carga de enfermedad es un indicador que revela el impacto de diversas afecciones en una población en términos de cantidad y calidad de vida perdida por causa de problemas en Salud. Esta representa la brecha entre la salud actual y la salud ideal, libre de enfermedades e incapacidades”, ha señalado.
 
En cuanto a la importancia que tiene para la Salud pública este tipo de investigaciones, Lasalvia ha expresado que “tener un estudio de carga de dolor crónico proporciona una imagen detallada del impacto que tiene esta enfermedad en los pacientes, sus familiares y el sistema de Salud, para que se tomen acciones que permitan destinar recursos que prioricen su atención”.
 
El estudio muestra que el dolor crónico tiene un impacto significativo en la salud y la calidad de vida de la población colombiana pues representa el 4.5 por ciento de la carga total de enfermedad en el país, según ha precisado el director del equipo técnico y coautor del estudio.
 
Por ello, el directivo ha remarcado que es necesario entender que el dolor crónico debe recibir la misma atención y prioridad que otras enfermedades crónicas, ya que tendría un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes.
 
“Esa carga de enfermedad podría estar asociada a costos económicos significativos, ya sea por el consumo de recursos en prevención, tratamiento y rehabilitación, o por los costos asociados a la discapacidad resultante y, por ende, requiere de mayores esfuerzos por los sistemas de salud para su prevención y atención”, ha subrayado.
 
Por otro lado, Lasalvia ha destacado que “las enfermedades que se encuentran entre los 10 lugares de carga de enfermedad de un país deben ser considerados prioridades de salud pública, y las acciones e inversiones de los gobiernos deberían ir orientadas a gestionar adecuadamente esas patologías para mayor beneficio de la población”.
 
Dentro de las recomendaciones que menciona, esta la importancia de coordinar esfuerzos entre las autoridades colombianas, la comunidad académica y el sector privado, para impulsar iniciativas orientadas a reconocer el dolor crónico como una enfermedad, y fomentar la educación necesaria para su diagnóstico adecuado.
 
“En este sentido la priorización en salud pública hacia el dolor crónico podría disminuir el número de licencias por enfermedad e incapacidad, generando eficiencias económicas tanto a los sistemas de salud como al sistema productivo del país”, ha concluido el coautor del estudio.

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