CRITERIOS DE DEFINICIÓN
La NASEM establece una nueva definición de COVID prolongado para mejorar su diagnóstico y tratamiento
El comité de expertos de la NASEM ha establecido cinco criterios fundamentales para la definición de esta enfermedad
Miércoles, 12 de febrero de 2025, a las 10:36
La condición puede desarrollarse incluso en personas que tuvieron una infección leve o asintomática.
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Redacción. Bogotá
La Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE. UU. (NASEM, por sus siglas en inglés) ha publicado una definición actualizada de COVID prolongado con el objetivo de
mejorar su reconocimiento, diagnóstico y abordaje clínico. Este esfuerzo responde a la creciente necesidad de estandarizar el concepto de esta condición, que sigue afectando a millones de personas en todo el mundo, incluidos pacientes en Colombia.
La investigación, publicada en
The New England Journal of Medicine, ha destacado que el COVID prolongado es una
afección crónica derivada de una infección por SARS-CoV-2, con síntomas que persisten o aparecen al menos tres meses después de la fase aguda. Puede manifestarse de manera continua, recurrente o progresiva, afectando diversos sistemas del organismo.
Criterios para definir el COVID prolongado
El comité de expertos de la NASEM ha establecido cinco criterios fundamentales para la definición de esta enfermedad:
-Precisión y exactitud en la descripción clínica.
-Aplicabilidad en la práctica médica.
-Aceptación por parte de pacientes y profesionales de la salud.
-Comprensibilidad y accesibilidad de la definición.
-Consideración de la equidad en salud y posibles efectos no deseados.
Para la elaboración de esta definición, el equipo de investigadores ha llevado a cabo un proceso de consulta en el que
participaron más de 1.300 personas, entre ellas pacientes, profesionales de la salud, investigadores y miembros de la comunidad científica.
El COVID prolongado puede
afectar a cualquier sistema orgánico y presentarse con síntomas como fatiga persistente, dificultad para respirar, disfunción cognitiva, palpitaciones, alteraciones del sueño, dolor muscular, pérdida del olfato o gusto, y problemas gastrointestinales. Además, se ha vinculado con enfermedades diagnosticables como trastornos cardiovasculares, afecciones pulmonares, disautonomía, encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica, enfermedades autoinmunes y problemas neurológicos.
Uno de los hallazgos clave es que la condición puede desarrollarse incluso en personas que tuvieron una infección leve o asintomática, lo que enfatiza la importancia de un
seguimiento médico prolongado en pacientes que han padecido COVID-19.
Implicaciones para el sector Salud
En Colombia, donde la pandemia ha dejado secuelas significativas en la salud pública, la definición de la NASEM proporciona un marco de referencia para mejorar la identificación y tratamiento del COVID prolongado. La estandarización de criterios podrá facilitar la implementación de
políticas de atención, optimizar el uso de recursos sanitarios y guiar el desarrollo de ensayos clínicos para nuevas terapias.
Por último, los expertos recomiendan adoptar esta nueva definición en la práctica clínica y
actualizarla en los próximos tres años con base en los avances científicos. Asimismo, subrayan la necesidad de fortalecer la formación de los profesionales de la salud en el diagnóstico y manejo de esta condición, con un enfoque multidisciplinario que garantice una atención integral para los pacientes afectados.
El dato
En medios locales se conoció el caso de
Ericka Olaya Andrade, una colombiana de 47 años, que continúa experimentando las secuelas de la pandemia de 2020. Contagiada de COVID-19 en abril de 2020 en Milán, donde vive desde hace 28 años,
hasta el 2024 sigue enfrentando efectos del virus. Ha tenido dificultad para respirar, se ha desmayado y ha necesitado silla de ruedas para moverse. Al ser diagnosticada, decidió no informar a sus padres en Colombia sobre su situación, ya que temía causarles un gran impacto emocional.