RIESGO CARDIOVASCULAR
Nuevo fármaco demuestra alta eficacia en la reducción de Lp(a) y su impacto en la aterosclerosis
Un estudio ha revelado avances de un nuevo tratamiento que puede transformar la prevención de eventos cardiovasculares
Robert Rosenson, profesor de Medicina en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai y autor principal del estudio.
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Redacción. Bogotá
Un estudio publicado en
JAMA Cardiology ha evidenciado que el fármaco olpasirán, un inhibidor de ARN desarrollado por la farmacéutica Amgen, logra una reducción superior al 95 por ciento en los niveles de lipoproteína(a) [Lp(a)] en pacientes con enfermedad cardiovascular aterosclerótica. Este hallazgo podría representar un avance clave en la
prevención de eventos cardiovasculares como infartos y accidentes cerebrovasculares.
El olpasirán actúa bloqueando la producción de Lp(a) mediante la degradación del ARN mensajero de la apolipoproteína(a), un componente clave de esta lipoproteína. Según ha explicado
Robert Rosenson, profesor de Medicina en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai y autor principal del estudio, este fármaco no solo
reduce la Lp(a), sino también los
niveles de fosfolípidos oxidados, compuestos que desempeñan un papel central en la inflamación y la aterosclerosis.
Los resultados provienen del ensayo clínico aleatorio de fase 2
OCEAN(a)-DOSE , en el que
participaron 282 pacientes con niveles elevados de Lp(a) (>150 nmol/L o 60 mg/dL), una condición que incrementa significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares. Se ha estimado que la Lp(a) conlleva un riesgo cardiovascular hasta seis veces mayor que el colesterol LDL.
Los hallazgos de este estudio abren
nuevas posibilidades terapéuticas para pacientes con alto riesgo cardiovascular debido a niveles elevados de Lp(a), un marcador que actualmente no cuenta con opciones farmacológicas específicas aprobadas. Sin embargo, Rosenson enfatizó que, si bien el olpasirán mostró reducciones significativas en Lp(a) y fosfolípidos oxidados, no se observaron efectos relevantes en los niveles de interleucina-6 ni proteína C reactiva, dos marcadores clave de inflamación.
El estudio también sugiere la necesidad de continuar investigando
la relación entre la Lp(a) y la inflamación cardiovascular, con el objetivo de identificar pacientes que puedan beneficiarse aún más de esta terapia.
Aunque el olpasirán representa un avance prometedor, aún
se requieren ensayos clínicos de
fase 3 que confirmen su impacto en la reducción de eventos cardiovasculares y establezcan su potencial uso clínico. Por último, se insta a los profesionales de la Salud a considerar la evaluación de los niveles de Lp(a) en sus pacientes como parte del
abordaje integral del riesgo cardiovascular.