REVISIÓN SISTEMÁTICA
Para la detección temprana del papiloma humano es preciso hacer pruebas desde los 25 años, evidencia estudio de la UNAL
Al momento, la prueba de ADN del virus del papiloma humano (ADN-VPH) para detectar el cáncer de cuello uterino se realiza a partir de los 30 años
Carmen Doris Garzón Olivares, profesora del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la UNAL.
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Karen Juliete Rojas Gaitán. Bogotá
En Colombia se ha registrado que, la tasa de incidencia, ajustada por edad, para cáncer de cuello uterino ha sido de
36,4 casos nuevos por 100.000 mujeres, con cerca de 6.900 casos nuevos anuales. Al momento, la prueba de ADN del virus del papiloma humano (ADN-VPH) –para detectar el cáncer de cuello uterino se realiza a partir de los 30 años.
Desde el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL),
una investigación ha evaluado la seguridad, efectividad, costo - efectividad y costo-utilidad de la prueba de ADN-VPH en mujeres menores de 30 años.
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA,
Carmen Doris Garzón Olivares, profesora del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Nacional de Colombia y una de las investigadoras ha dicho que, “el
proceso de la revisión sistemática de la literatura duró 15 meses aproximadamente”.
“El objetivo era analizar la evidencia disponible en torno a la seguridad, efectividad, costo- efectividad, valores y preferencias,
dilemas éticos y aspectos relacionados con la implementación de la prueba ADN-VPH como estrategia de tamización cervical en mujeres menores de 30 años en el contexto colombiano”, ha manifestado Garzón.
Adicional a ello, la indagación ha sugerido que, si se adelanta cinco años podría mejorar la atención a los pacientes,
disminuir la ansiedad al realizar la prueba y ser más efectivo, desde los costos en salud, según ha explicado la profesional.
“Iniciar el seguimiento
a los 25 años podría servir para detectar mayores tasas de NIC2 (células anormales en la superficie del cuello uterino) y disminuir la tamización, lo que bajaría los costos en la salud, ya que se aumentaría el tiempo entre prueba y prueba”, ha asegurado Garzón.
Actualmente, la citología se hace cada tres años, según ha precisado la docente, y agregó que “
mientras con la ADN-VPH se haría cada cinco años ante una prueba negativa, además conduciría a una mayor detección de CIN3+ (lesiones precancerosas avanzadas) en comparación con las pruebas de citología”.
Con respecto a la
infección por VPH, Garzón ha puntualizado que, es común tras empezar las relaciones sexuales y en el 70 por ciento de los casos se puede autolimitar o no ser grave después de un año, y casi en un 90 por ciento después de dos años, gracias al factor inmune del huésped.
“Si el estigma sobre el examen y
el estrés al realizar varias pruebas se reduce, las mujeres pueden sentir mayor confianza y así se evitaría una revisión tardía”, ha recalcado.
Cabe resaltar que, el estudio también ha mostrado que otros factores que representan un problema son la
baja eficiencia del sistema de autorizaciones, la ausencia de registros estandarizados para procesos de las pruebas, la capacidad y calidad de los servicios en salud y el manejo de los casos positivos.
El dato
La Guía de práctica clínica del Instituto Nacional de Cancerología ha establecido que
la tamización con estas pruebas se debe empezar a los 30 años y finalizarla a los 65 años, con seguimiento en los casos negativos cada tres años y triaje con citología en los casos positivos.