Edición Médica

Luz Ángela Urcuqui Bustamante, vicepresidenta de la Asociación Colombiana de Hematología y Oncología Pediátrica.

Karen Juliete Rojas Gaitán. Bogotá
La retinoblastoma es un tipo de cáncer infantil que se desarrolla en los ojos comenzando en la retina, la cual es la capa del ojo sensible a la luz que permite la visión. Y aunque es el cáncer primario de ojo más frecuente en la infancia. El reflejo blanco en la pupila es uno de los signos tempranos más común de esta enfermedad y esto se puede notar fácilmente al tomar una foto con flash en los ojos del niño.
 
Si al ver la fotografía los padres notan que la pupila se ve blanca esto daría muchos indicios de que puede ser retinoblastoma, puesto que en un ojo sano la pupila debe verse roja debido a los vasos sanguíneos que se encuentran en la parte posterior del ojo, que al observar una luz brillante debe reflejar este color naturalmente en vez de blanco, explica la doctora Infante.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Luz Ángela Urcuqui Bustamante, hemato-Oncóloga Pediatra, y vicepresidenta de la Asociación Colombiana de Hematología y Oncología Pediátrica (ACHOP), ha dado a conocer que “solo necesitará fotografiar a su hijo con una cámara con flash activo”, ya que este paso se ha considerado como fundamental para detectar la retinoblastoma a tiempo.
 
Urcuqui ha recalcado que este tumor maligno intraocular se presenta principalmente en los niños y ocupa el 4 por ciento de los cánceres que este grupo poblacional puede padecer.
 
“Puede tener unas consecuencias a largo plazo, que pueden ser fatales no solo por la disminución de la agudeza visual, sino que también puede llevar a la pérdida del globo ocular, adicionalmente puede llevar a metástasis ósea o en otras partes del cuerpo y el paciente puede terminar con fallecimiento. El promedio de edad de diagnóstico es más o menos a los dos años en la mayoría de los pacientes”, ha indicado la vicepresidenta de la ACHOP
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Asimismo, Urcuqui Bustamante ha dado a conocer otros síntomas para reconocer esta enfermedad y que pueden ser detectados por parte de los padres: dolor de ojo, sangrado en la parte frontal del ojo, problemas de visión; un color diferente en cada iris, ojo protruido (que sobresale) por efecto de masa. El enrojecimiento en la parte blanca del ojo y una pupila que no se reduce en tamaño en respuesta a la luz brillante, también son otras señales por considerar.
 
La ACHOP también ha revelado que en la mayoría de los casos este cáncer se presenta en un solo ojo; sin embargo, en el 30 por ciento de los casos puede tener compromiso en ambos ojos. Igualmente, han mencionado que es uno de los cánceres con mayor asociación genética siendo hasta en el 45 por ciento de los pacientes a nivel internacional.
 
“Los médicos y demás personal médico deben estar atento ante un caso de estos y deben tomar las medidas necesarias para hacer un diagnóstico oportuno para iniciar con un tratamiento adecuado”, ha argumentado la profesional.
 
“El mensaje para los médicos es que, si los padres detectan alguna alteración acerca de la mirada de los niños, busquen y hagan de una forma oportuna los exámenes correspondientes”, ha concluido Urcuqui.

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