Edición Médica

Diego Vargas, representante regional de la junta directiva Asociación Colombiana de Psiquiatría (ACP).

Karen Juliete Rojas. Bogotá 
El Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre) se ha dado centrado en la visibilización y concientización sobre un derecho básico humano fundamental, la Salud mental, una iniciativa que ha sido impulsada por la Organización Mundial de la Salud para este año 2023.
 
De acuerdo con la OMS, en muchos países de la Región, a menudo las personas con problemas de salud mental no tienen acceso a servicios de calidad, son sometidas a prácticas coercitivas, tratos inhumanos y, en algunos casos, abusos, incluso en entornos de atención de salud, donde deberían ser protegidas.
 
Al respecto, Diego Vargas, representante regional de la junta directiva Asociación Colombiana de Psiquiatría (ACP), en entrevista con EDICIÓN MÉDICA ha dicho que, “la salud mental de los colombianos y, en general la de todos los habitantes del planeta, infortunadamente no está muy bien por las múltiples preocupaciones que los aquejan en relación con situaciones financieras, familiares, de maltrato, desempleo, pobreza y dificultades a nivel familiar”.
 
Para el representante, el no contar con las herramientas emocionales o psicológicas que ayuden a sobrellevar esas dificultades, ocasiona una gran problemática. “Por ejemplo, en el caso de la depresión estamos hablando de una prevalencia entre el 4 al 6 por ciento en los colombianos, es una situación preocupante porque a medida que va pasando el tiempo este porcentaje aumenta”, ha agregado.
 
En términos de intentos de suicidio, Vargas ha precisado que “se hace un cálculo de aproximadamente 80 intentos de suicidio al día y estamos hablando entre 7 a 9 casos de suicidios en nuestro país al día, lo cual es preocupante”.
 
El directivo ha remarcado que la población en riesgo se puede diferenciar de acuerdo a varias perspectivas, “una relacionada con la edad, en donde vemos los dos extremos de la vida y donde existen ciertas vulnerabilidades, pero también cuando vamos a ver algunos aspectos específicos de la población, hay ciertos riesgos, por ejemplo, minorías y poblaciones especiales como el caso de la población LGTBI o población en condición de desplazamiento”, ha manifestado.
 
Asimismo, el representante regional se ha referido a aquella población en riesgo “que presenta algún tipo de situación de maltrato o de violencia, sumado a algún diagnóstico específico de enfermedad mental. Por ejemplo, en el caso de los hombres que tienen muchas dificultades para expresar sus emociones y no buscan ayuda o en el caso de las mujeres que experimentan diferentes”.
 
En ese sentido, Vargas ha hecho énfasis en la identificación de aquellas vulnerabilidades puntuales que caractericen las diversas afecciones que se evidencien en la población en riesgo, y de ese modo poder brindar la ayuda que se requiere.
 
“En términos de avances de acceso a la información existen algunos aspectos positivos que se han generado en nuestro país, lo que ha permitido que existan más entornos y más oportunidades de poder hablar acerca de salud mental, que es un aspecto relevante que debe estar constante diálogo”, ha resaltado el representante.
 
Siguiendo ese enfoque, Vargas ha hecho hincapié en la necesidad de una “transformación de políticas públicas en Salud mental”, un avance importante que destaque “la necesidad de la promoción y prevención de la salud mental”.
 
Sin embargo, Vargas ha asegurado que aún existen algunas falencias y dificultades como las barreras de acceso. “Hay mucho estigma en torno a la enfermedad mental o a lo que significa tener una adecuada salud mental. Del mismo modo, hay que realizar inversión para que las personas puedan aceder de manera oportuna a la consulta requerida”, ha concluido.

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