Edición Médica

Samuel Barbosa, secretario de presidencia y coordinador de proyecto Colegio Médico Colombiano.

Karen Juliete Rojas Gaitán. Bogotá
El Colegio Médico Colombiano ha informado que existen estudios preocupantes sobre, el riesgo de morir por suicidio, el cual se ha tornado “el doble” en profesionales de la medicina, más que en otras ocupaciones.
  Asimismo, el Centro de Excelencia en Investigación en Salud Mental (CESISM) de la Universidad CES llevó a cabo una investigación sobre el mismo tema. Contó con la participación de 711 profesionales en Bogotá, Barranquilla, Cali, Medellín y otras ciudades del país, donde el 67,9 por ciento eran médicos, 22,8 por ciento personal de Enfermería y otros profesionales como auxiliarles, fisioterapeutas, nutricionistas con el 9,3 por ciento.
 
En el estudio se han aplicado escalas validadas sobre los trastornos mentales de ansiedad, depresión, problemas de sueño o insomnio. Del total de la muestra cerca al 40.0 por ciento de los consultados cumplió con los criterios para padecer de algún tipo de trastorno.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Samuel Barbosa, secretario de presidencia y coordinador de proyecto Colegio Médico Colombiano y coordinador programa "Cita con el Experto", ha explicado que “en el Colegio Médico el tema de la salud mental es muy importante. Hemos venido siguiendo tema no solo a nivel de instituciones sino también a nivel de políticas públicas y organismos nacionales, organizaciones médicas, entonces hemos venido abordando este tema en un espacio que tenemos todos los jueves a las 6:00 p.m.”.
 
“En este momento Colombia se están desarrollando estudios, que están desarrollando la Universidad de los Andes y la Fundación Santa Fe.  A nivel mundial hay una alerta acerca de la salud mental del cuerpo médico. Recientemente se ha comprobado el aumento entre 3 a 5 veces más de riesgo de trastornos depresivos y de ansiedad en el grupo médico y curiosamente, también un incremento del riesgo de suicidio entre 10 a 15 veces más, siendo más frecuente en mujeres que en hombres, a diferencia de lo que se ve en la población general en la que es más común en hombres que en mujeres”, ha asegurado Barbosa.
 
El profesional ha recalcado que esta situación, “es algo muy preocupante y que en parte queremos visibilizarlo, además para empezar a trabajar en conjunto con organizaciones que apoyan con la difusión, pero a su vez para plantear la discusión del tema, soluciones o cómo abordarlo”.
 
Es de destacar que el estudio Cesism ha revelado que los médicos son los más afectados para todos los trastornos estudiados, al presentar el 35,4 por ciento ansiedad; el 26, 7 por ciento depresión y el 13,0 por ciento insomnio; seguidos por otros profesionales con el 31,8 por ciento ansiedad, el 18,2 por ciento depresión, y el 4,5 por ciento insomnio.  Por su parte, de los enfermeros el 27,8 por ciento padece ansiedad, el 16,7 por ciento depresión y el 10,5 por ciento insomnio.
 
Según el Ministerio de Salud y Protección (MinSalud) para marzo de 2021, más de 50.000 trabajadores de la salud han reportado contagios por COVID-19, con lo cual han enfrentado enormes cargas laborales y un importante impacto emocional de la enfermedad.
 
“Hay alertas y diferentes posturas. Falta implementar políticas mucho más claras a nivel nacional, público, privado, gubernamental, por eso parte de los espacios sirven para hablar y mirar qué podemos hacer”, ha mencionado Barbosa.
 
De igual forma, el secretario ha destacado que, “frente al personal de la salud durante la pandemia, se debe aclarar que la salud mental era compleja desde antes de la pandemia. Lo que sucede es que la pandemia evidenció otras situaciones a nivel mental en el país. Es que con el tiempo de pandemia hay sintomatología de depresión y ansiedad, pero el estado de alerta frente a la situación actual que se está viviendo hace que las personas estén siempre a la defensiva”.
 
Finalmente, Barbosa ha recomendado que se solicite una ayuda clara, puesto que, es muy habitual que haya un estigma con respecto al tema de salud mental, “también hemos visto que entre colegas se pueden preguntar cómo están, si se sienten bien o si tienen episodios de insomnio, ese tipo de acciones en vez de generar rechazo, lo que muestran los estudios es que es el punto de partida para determinar una enfermedad o estado de salud mental y con eso iniciar un tratamiento”, ha concluido.

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