Edición Médica

Nancy Janeth Molina Achury, presidenta de la Asociación Colombiana de Fisioterapia (Ascofi).

Melba Lucía Murillo
En Colombia, a un año de la pandemia provocada por el COVID-19, no sólo hay un alto uso de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en los hospitales y clínicas del país, también hay un incremento de la afectación de la salud mental de la población. 

Con la modificación de los ritmos de vida relacionados con el alto número de contagios, el confinamiento, aislamiento y la limitación del contacto físico, se están presentando sentimientos de angustia, ansiedad e incertidumbre, ante la situación económica del país.

Así lo ha dejado claro Nancy Janeth Molina Achury, presidenta de la Asociación Colombiana de Fisioterapia (Ascofi) en entrevista con EDICIÓN MÉDICA al manifestar: “hay una preocupación muy grande ante la incertidumbre financiera y el aislamiento social que parece no acabar pronto. Los más afectados han sido los adultos mayores que han padecido abandono, los niños y adolescentes con el distanciamiento social”.

La fisioterapeuta ha asegurado: “el malestar y sufrimiento está latente, la pandemia en términos generales ha tenido un impacto muy fuerte en salud mental y según análisis, en las ciudades grandes la demanda que habrá en este tema será muy elevada. La situación social y económica cada día está más grave y la salud mental es un signo que tiene que ver la dinámica social”.

Lo cognitivo

Al hacer dicho análisis, la profesional ha reiterado que la fisioterapia no sólo tiene que ver con el movimiento con énfasis muscular, es importe entender que el ser humano tiene una articulación en las diferentes esferas que lo componen, por ello, se habla también de lo cognitivo y emotivo. La fisioterapia desde la actividad física permite estimular la salud mental.

“Vemos como el movimiento se convierte en un dispositivo que coayuda al desarrollo de las capacidades del ser humano. El individuo es consciente de sus propias capacidades y a partir de allí, puede entender que las actividades le dan la posibilidad de moverse libremente y de hacer las cosas que le dan satisfacción como el deporte y trabajar”.

Molina Achury ha explicado cómo se es la relación entre la fisioterapia y la salud mental: “La lesión de un deportista no sólo es funcional, sino que también es una connotación mental, debido a los temores y miedos que llegan a la mente por la misma lesión que padeció, es por ello, que en la rehabilitación la persona muestra esas inseguridades y sentimientos. A partir de allí, se tiene que actuar de otra manera para brindarle una recuperación que va desde el movimiento hasta su seguridad mental”.

Para tratar estos temas que aporten soluciones a las diferentes problemáticas relacionadas con el movimiento corporal humano y el desarrollo mental ante las circunstancias que hoy vive el país, Ascofi realizará entre los días 14, 15 y 16 de mayo, el II Congreso Americano de Fisioterapia en Salud Mental, en el que se creará una espacio para el debate y la creación de redes en temas que requieren la actuación de los fisioterapeutas del país.

Molina ha puntualizado que aunque la evidencia científica apenas empieza a ser difundida, la experiencia de colegas en diferentes latitudes ha demostrado la importancia del trabajo de fisioterapia y kinesiología en la salud mental, y en la recuperación de personas que presentan algún trastorno de origen físico, emocional o mental.

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