CRISIS SANITARIA Y LABORAL
COVID-19: ¿Cómo ha afectado el estrés traumático a los profesionales de la salud en áreas clínicas?
En la investigación se evaluaron los síntomas asociados a alteraciones en la salud mental de los trabajadores
Darys Osuna Julio, docente de Terapia Respiratoria del Areandina sede Pereira y Dulfary Mejía, docente de Terapia Respiratoria del Areandina sede Pereira.
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Karen Juliete Rojas Gaitán. Bogotá
Con la información propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como los datos recopilados de países como China, Italia, India e Inglaterra durante la pandemia de COVID-19,
se han evaluado las reacciones a nivel emocional de los profesionales en salud como: estados de depresión, ansiedad e insomnio; preocupaciones que se ven agravadas por las altas tasas de trastornos preexistentes de salud mental.
De ese modo, el trabajo de investigación denominado “Factores de estrés traumático en profesionales de la salud que brindan atención en áreas clínicas COVID-19”, realizada por:
Darys Osuna Julio y
Dulfary Mejía Vanegas, Terapeutas Respiratorios con magíster en Salud Pública y Desarrollo Social y,
Camilo Arcila, estudiante de Terapia Respiratoria de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Deporte de Areandina seccional Pereira, se encargaron de
evaluar los síntomas asociados a alteraciones en la salud mental de los trabajadores.
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA,
Darys Osuna Julio, docente de Terapia Respiratoria del Areandina sede Pereira, ha señalado que “
los profesionales han padecido síntomas de agotamiento físico, fatiga emocional, ansiedad, tristeza, angustia, incertidumbre, estrés, miedo y despersonalización, asociados a una disminución en la realización de tareas asignadas.
No obstante,
la investigación también ha evidenciado “el debilitamiento de los sistemas de salud, consecuencia de la alta demanda de atención, la complejidad clínica de la sintomatología de la neumonía viral, la alta probabilidad de contagio y el aumento de las jornadas laborales, han impactado negativamente en su calidad de vida”, según ha indicado Osuna.
Por otro lado,
Dulfary Mejía, docente de Terapia Respiratoria del Areandina sede Pereira le ha puntualizado a EDICIÓN MÉDICA que “el personal médico ha vivido situaciones de
tensión laboral debido al insuficiente número de camas hospitalarias, y al sobre cupo de usuarios en las diferentes áreas de atención clínica”.
De igual forma Mejía ha mencionado
otras causas como: la ocupación máxima de unidades de cuidado intensivo, la no disponibilidad de equipos de ventilación mecánica, escasez de materiales sanitarios y la disminución de suministro de medicamentos.
“Además, experimentar altos grados de estrés laboral, incluyendo en condiciones normales.
Muchos se muestran reacios a revelar las dificultades a nivel emocional, buscar ayuda y participar en estrategias de bienestar social”, ha explicado la docente.
El desarrollo del trabajo en áreas clínicas en los profesionales de la Salud
De acuerdo con Mejía, el estrés traumático está asociado a emociones psicológicas en el desarrollo del trabajo en áreas clínicas en los profesionales de la salud. Al llegar la pandemia de COVID-19, esas alteraciones y emociones asociadas al
cansancio físico y la fatiga laboral se fueron haciendo cada vez un problema a nivel de salud laboral y salud mental en los profesionales de la salud, que se manifiesta con alteraciones del sueño, tristeza, miedo, cansancio, cefalea, artritis y alteraciones del sueño.
Además, Mejía ha agregado que, a los profesionales la inmunización “ha ayudado mucho y les ha dado una seguridad para poder desarrollar sus labores”, y agregó que,
“con la reincorporación social de estos profesionales ha mejorado su bienestar psicológico, ya que el estar aislado y tener los servicios aislados por zonas de alto contagio, estresaba las jornadas de estos profesionales, que suelen ser de 12 a 18 horas.
La disminución de los contagios ha dado tranquilidad, así mismo los profesionales han podido regresar a las jornadas habituales.
Los resultados del impacto físico, social y emocional durante la pandemia
La investigación ha señalado que
la crisis sanitaria ha dejado en evidencia la fragilidad de las instituciones de la salud que no estaban preparadas para enfrentar una emergencia de esta magnitud.
Dentro de los resultados se encuentra el impacto físico, social y emocional durante la pandemia,
evidenciando experiencias multifacéticas en su capacidad para trabajar, hacer frente a los problemas en salud mental y toma de decisiones para garantizar el bienestar para sus pacientes y compañeros de área.
“Es importante seguir hablando de estrés traumático porque esa es una situación que se puede volver a presentar en cualquier momento. Además,
es relevante estar preparados, ya que se puede volver a presentar una pandemia de esa magnitud como la de la COVID-19”, ha afirmado Osuna.
“Debemos estar a la vanguardia de lo que se puede presentar,
se debe hacer un reconocimiento de esa sintomatología en los profesionales de la salud y seguir fortaleciéndolas para estar mejor preparados no solo en la fundamentación científica sino también en la salud mental”, ha estipulado Osuna.
Por último, Mejía ha enfatizado que, la salud física y mental del personal de salud es crucial para
mantener un alto nivel de prestación de asistencia en los servicios de salud.
“Todos los gobiernos e instituciones prestadoras de salud
deben invertir en capital humano, equipo de protección y estrategias adecuadas de mejora en la salud mental que garanticen el bienestar emocional para los profesionales de la salud”, ha concluido.