ATENCIÓN A LA COVID-19
Estudio evidencia la necesidad urgente de cuidar la salud mental del personal que trabaja en las UCI
Cerca de la mitad del personal en las UCI podría alcanzar el umbral de trastorno de estrés postraumático
Neil Greenberg, profesor del IPPN.
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Redacción. Bogotá
La reciente investigación del King’s College London ha evidenciado que cerca de la mitad del personal sanitario que trabaja en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI),
podrían alcanzar el umbral de trastorno de estrés postraumático (PTSD, Post-traumatic stress disorder), o ansiedad severa, durante el tiempo que han atendido la pandemia por COVID-19.
Según ha denotado el estudio, publicado en Occupational Medicine, existe un fuerte impacto en el nivel de atención de las UCI, ya que, los trabajadores de la Salud, en especial
los médicos de primera línea, han presentado una débil salud mental, no obstante, las enfermedades mentales han sido más notorias en el área de Enfermería que en los médicos o en otros profesionales de la salud.
Por su parte,
Neil Greenberg, profesor del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IPPN), del King’s College London, ha señalado que los resultados “
mostraron una carga sustancial de síntomas de salud mental informados por el personal de la UCI hacia el final de la primera ola de 2020”.
Asimismo, Greenberg ha explicado que,
es muy probable que la gravedad de los síntomas afecte la capacidad de algunos miembros del personal de la UCI para brindar atención de alta calidad, además de impactar negativamente en su calidad de vida.
“Evidenciamos que más de uno de cada siete médicos (y casi una de cada cinco enfermeras) en nuestra muestra que trabaja en la UCI
informaron pensamientos de autolesión o suicidio, lo que también es muy preocupante”, ha agregado el investigador.
Cabe resaltar que, el personal de atención médica de primera línea ha experimentado, durante estos meses, una gran cantidad de factores que apuntan al estrés psicológico, incluido el
miedo a contraer el virus y de poner en peligro la vida de sus familias, así como también preocupación por la falta de equipo de protección personal (EPP).
De igual forma, la angustia relacionada con los resultados adversos del paciente y la pérdida de vidas del paciente, a pesar de sus mejores esfuerzos, generan un cuadro de ansiedad e impotencia, ya que,
los profesionales también deben lidiar con decisiones éticamente desafiantes.
Incluso, el investigador ha indicado que, la alta tasa de mortalidad entre los pacientes con COVID-19 ingresados en la UCI junto con la dificultad para comunicarse y brindar apoyo adecuado al final de la vida a los pacientes y a sus familiares, debido a las restricciones de visitas,
es muy probable que hayan sido factores de estrés muy desafiantes para todo el personal que trabaja en las UCI.
Greenberg ha sido claro en asegurar que, “si bien estos resultados en cierto modo no son sorprendentes,
deberían servir como un claro recordatorio para los gerentes del NHS (National Health Institutes) de la urgente necesidad de proteger la salud mental de los trabajadores de la UCI para garantizar que puedan brindar atención vital a quienes los necesitan”.
Finalmente, Greenberg ha destacado que “
deben existir mecanismos basados en la evidencia para que todos los trabajadores de la salud, incluido el personal de la UCI,
puedan acceder rápidamente al tratamiento para desórdenes de salud mental.
“Si protegemos la salud física y mental de los trabajadores de la salud durante la pandemia,
el personal estará en mejores condiciones de brindar atención de alta calidad de manera sostenible a un gran número de pacientes que se encuentran gravemente enfermos con COVID-19“, ha agregado.
El dato
El estudio ha recalcado que
será necesario realizar más investigaciones para comprender con más detalle el nivel real de necesidad clínica entre el personal de Salud que atiende las UCI. Puesto que, los cuestionarios de autoinforme podrían sobrestimar la tasa de síntomas de salud mental clínicamente relevantes.