Edición Médica

Luis Carlos Murillo Valencia, miembro de la junta directiva de la Asociación Antioqueña de Ginecología y Obstetricia.

Karen Juliete Rojas Gaitán. Bogotá
Antioquia ha registrado que durante los primeros cinco meses de 2022 se reportaron doce muertes maternas tempranas, lo que quiere decir que sucedieron durante el embarazo, el parto o a los 42 días terminados la gestación. Este departamento ha presentado una tasa de 38,6 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos, frente al 41,1 nacional.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Luis Carlos Murillo Valencia, miembro de la junta directiva de la Asociación Antioqueña de Ginecología y Obstetricia (Asagio) ha dicho que lograron identificar cuatro factores que pueden tener influencia en relación con la mortalidad materna.
 
“En el mundo la mortalidad materna se define como la mujer embarazada o la que está en los 40 días llegando al parto. Las mujeres en estado de gestación fallecen básicamente por tres situaciones, porque se le sube la presión, lo que llamamos preeclampsia o que al momento del parto sangran excesivamente, es decir que presenten hemorragia posparto o por algún tipo de infección”, ha explicado Murillo Valencia.
 
El directivo ha insistido que las infecciones, en general, suelen ser más graves en mujeres embarazadas que en otros grupos poblacionales. “Eso incluye las infecciones por COVID-19, además el acceso a la vacunación para embarazadas fue más tardío por razones de seguridad, pues no habían sido incluidas en los estudios clínicos iniciales y solo se empezó a vacunar cuando se hicieron los estudios clínicos específicos en embarazadas”, ha indicado.
 
Murillo Valencia ha revelado que “un factor adicional es que, una vez estuvo disponible la vacuna para embarazadas, muchas no accedieron a esta por temores sobre la seguridad para sus bebés debido a la desinformación promovida por el movimiento antivacuna en redes sociales”.
 
Cabe recalcar que según han informado las autoridades de salud, el 65 por ciento de las muertes maternas en 2021 ocurrieron por causas asociadas al COVID-19. A lo que se suma que en Antioquia las mujeres embarazadas no tuvieron un acceso rápido a la vacuna contra el COVID-19.
 
Actualmente, se han aplicado 54.000 dosis y más de 17.000 segunda dosis, por su parte, Murillo ha explicado que “con una mayor susceptibilidad a la infección por un menor acceso a la vacuna, con una mayor probabilidad de complicación de la infección cuando le da a una embarazada”.
 
“La otra infección relevante durante el embarazo es la pielonefritis, que es un tipo de infección urinaria, que compromete el riñón”, ha resaltado Murillo.
 
“Una manera de prevenirla es detectando la bacteriuria asintomática durante el control prenatal. Lo cual se hace con un cultivo de orina como regla general la bacteriuria asintomática es relativamente común en mujeres y no requiere tratamiento. Una notable excepción a esta regla es el embarazo, donde su tratamiento disminuye el riesgo de pielonefritis”, ha manifestado el directivo.
 
El miembro de la Asagio también ha afirmado la situación se complicó, ya que “con controles prenatales subóptimos durante la pandemia, por las restricciones de movilidad exigidos para el control de la diseminación del virus del Covid, hubo una menor detección de bacteriuria asintomática y de la posibilidad de prevención de pielonefritis”.
 
El dato
 
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente 585 mil mujeres mueren en el mundo por complicaciones del embarazo y el parto. De estas muertes, 99 por ciento ocurre en los países en desarrollo. En América latina, la razón de mortalidad materna promedio es de 270 por 100 mil nacidos vivos.

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