MITIGACIÓN DEL RIESGO
Intensivistas se pronuncian frente a las nuevas medidas de aislamiento selectivo
La Nación enfrenta el gran debate sobre si la protección de la salud y la vida es compatible con la reactivación de la economía (RE) en el país.
Miércoles, 02 de septiembre de 2020, a las 12:23
José Luis Accini Mendoza, presidente nacional AMCI. (foto captura video).
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Redacción. Bogotá
La Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos (AMCI) a través de un comunicado
se ha pronunciado sobre las nuevas medidas que Colombia comienza con la implementación del modelo de “aislamiento selectivo con distanciamiento individual responsable” en la que los ciudadanos y las empresas o entidades son sus actores principales (decreto 1168 de 2020).
En el comunicado se especifica que
el racional utilizado por el Gobierno Nacional para la implementación de esta fase es:
• L
a estabilización y tendencia decreciente (18 por ciento) en el número de nuevos casos por Covid19 y en la mortalidad asociada con la enfermedad.
•
El fortalecimiento en la capacidad/ capacidades de respuesta de la red hospitalaria con mayor número de camas de cuidados intensivos (10.013), tecnologías (4700 ventiladores) y capacitación del talento humano especializado y no especializado.
Sin embargo, el presidente de la República,
Iván Duque Márquez, ha hecho un llamado a la prudencia, a la observancia y al optimismo sin triunfalismo.
AMCI reconoce este tremendo esfuerzo del Gobierno Nacional y Territorial, evidenciado en datos inobjetables, al tiempo que destaca el papel protagónico que AMCI ha jugado en todo este proceso de robustecimiento de la oferta (aumento y optimización), en un trabajo articulado y armónico con el Ministerio de Salud y Protección Social, junto con varias sociedades científicas afines al cuidado intensivo. Adicionalmente, desde nuestra perspectiva misional, AMCI ha contribuido a enfrentar los desafíos impuestos por la pandemia, el desequilibrio entre el plan de expansión físico, los recursos tecnológicos y del Talento Humano en Salud multidisciplinario.
Igualmente AMCI
destaca en la carta que “esta gestión, la hemos realizado con transparencia (sin color político y convicción técnico-científica), con prudencia (preservando la confianza en la gestión médica y nuestras instituciones) existiendo coherencia (con respuestas adaptativas frente a la situación de desastre). Y los disentimientos se han formulado enérgicamente, pero con respeto y ánimo proactivo”.
En el marco de su autonomía gremial, junto con su experticia,
AMCI ha considerado conveniente entregar al país unas consideraciones y reflexiones sobre la nueva medida:
A pesar de todo lo ganado en términos de capacidades de respuesta y lo que ha representado la pandemia en pérdidas de vidas humanas (19.663 seres humanos fallecidos), la nación enfrenta el gran debate sobre si la protección de la salud y la vida es compatible con la reactivación de la economía (RE) en el país. Un dilema que surge bajo la premisa consciente de que la pandemia no está bajo control, quelos modelos matemáticos están plagados de sesgos y la información epidemiológica puede subestimar la realidad. La comisión económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha planteado que “garantizar la salud” debe ser racional, que motive la implementación de una reactivación económica gradual y progresiva. Dicha decisión debe basarse en datos ciertos (exactos),que dimensionen las diferencias geográficas (climáticas, vulnerabilidad socioeconómica, acceso a la salud), la consistencia temporal de número de casos y de fallecimientos, el índice ocupacional de camas “efectivas” de cuidados intensivos, la real capacidad para detectar pacientes infectados, el rastrear y aislar los contactos y de poder garantizar la protección de los trabajadores de la salud.
La interacción entre personas contagiadas, sintomáticas, asintomáticas, personas vulnerables en un escenario de falta de conciencia, individual y colectiva, sobre el uso responsable y correcto de las únicas medidas preventivas probadas como efectivas (mascarilla, distanciamiento social, junto con un correcto lavado de manos) plantea un alto riesgo de contagio, hasta agravar el problema en lugares con alta tasa de ataque o el surgimiento de una nueva oleada epidemiológica en sitios que han sufrido el impacto de la pandemia como Barranquilla junto con el departamento del Atlántico.
Igualmente,
el comunicado destaca que hay situaciones que desde la perspectiva de la atención en cuidados intensivos inquietan a los intensivistas del país:
• Si bien el número de nuevos casos ha mostrado en Colombia una desaceleración cercana al 20 por ciento, en los últimos 7 días el número de fallecimientos ha estado en valores cercanos a 300/día en este periodo de tiempo. La circulación del virus y su dispersión en la comunidad persiste.
• Desconocemos cuántos de los casos nuevos (31.08.2020: 7230) incluyen pacientes como casos probables por nexo epidemiológico y cuantos por pruebas PCR positivas para la población asintomática. En esta fase de aislamiento selectivo, esta población debe ser objeto de búsqueda activa, ya que no es claro el estatus de estos casos frente a la notificación y las medidas de cerco epidemiológico.
• El número de casos en cuidados intensivos en Colombia ha estado en el orden de los 4200-4300 en las últimas 4 semanas. A esto se suma el incremento en el número de casos No COVID en cuidados intensivos crítico pasó de 1800 el 03.08.2020 a 2200 el 25.08.2020. Este comportamiento que hemos denominado efecto bumerang, puede resultar del mal control de enfermedades crónicas progresivas atribuido a barreras de acceso para la atención y pérdida de adherencia a las intervenciones modificadoras de riesgo.
• Si bien la ocupación era del 70 por ciento el 25.08.2020, se debe tener en cuenta que el número de camas de UCI pasó de 5.346 a un número cercano a 10.013 y un mayor denominador diluye el resultado. Dicho de otro modo, un 70 por ciento de ocupación hoy hubiese sido el 15 de junio con 6.685 camas del 92 por ciento.
• Las 10.013 camas de UCI representan el 100 por ciento del plan de expansión establecido por el Gobierno Nacional. Un requerimiento de un mayor número de camas de UCI estará limitado por la disponibilidad de talento humano competente, el acceso a tecnologías “hoy en desabastecimiento” los altos costos financieros que demandan la atención de estos pacientes. Un número importante del Talento Humano en Salud de primera y segunda línea de respuesta está enferma o ha perdido su vida cumpliendo con alto nivel de profesionalismo y ético su responsabilidad asistencial.
• Sigue sin existir un análisis interpretativo y valorativo de los factores asociados con los 19.663 fallecidos en el país durante la pandemia a partir del cual
podrían generarse acciones de fortalecimiento y/o mejoramiento en los diferentes niveles de atención.
De este modo, la reactivación económica y una estrategia de aislamiento selectivo
trae consigo un alto riesgo de nuevas oleadas o picos epidemiológicos de COVID19 con alto número de contagios, afectación de una mayor población de alto riesgo, con un mayor número de desenlaces fatales. En el contexto de esta amenaza, la AMCI plantea la adopción por los organismos competentes las siguientes medidas de mitigación de riesgo:
1.
Monitoreo o vigilancia estricta del comportamiento epidemiológico de la enfermedad que integre parámetros como ritmo de contagio (número de nuevos casos, proporción de pruebas positivas), mortalidad, índice ocupacional de UCI y número de casos diarios en remisión. Este monitoreo debe ser en tiempo real y de conocimiento público.
2.
Generar alerta roja y activación de planes de contingencia social con un umbral de ocupación de 70 por ciento de camas de UCI.
3. Pedagogía comunitaria “puerta a puerta”: para generar conciencia en el autocuidado con responsabilidad social. La implementación de medidas de estrecha vigilancia y control comunitario para el uso correcto de la mascarilla, el lavado de manos y el distanciamiento social.
4.
Búsqueda activa de pacientes contagiados y rastreo de contactos de convivientes o contactos estrechos confirmados con CoVID19 y su aislamiento obligatorio.
5.
Acciones de protección del Talento Humano en Salud y de garantías de su integridad física, emocional y bienestar laboral.
6. Tener a la mano los
planes de mejoramiento derivados del registro, análisis e interpretación de la experiencia y lecciones aprendidas en territorios que enfrentaron el primer pico epidémico. En especial a partir de los errores cometidos en materia de gestión organizacional, administrativa, de coordinación y de la calidad y seguridad de la atención.
7.
Adaptar la intensidad de las acciones de reactivación social y económica al grado de afectación de la población. Es posible lograr cierto grado de equilibrio y armonía entre una estrategia de reactivación social y económica con la capacidad/ capacidades de atender “adecuadamente” a los pacientes críticos, en la medida en que esta reactivación se haga de manera gradual y progresiva y las acciones de mitigación de riesgo sean implementadas de una manera rigurosa, responsable y bajo una supervisión estricta.