SIN CAPACIDAD DE MAQUILAR
¿Podrá Colombia retomar la producción de vacunas para humanos a nivel nacional?
Desde 2001 el país no ha producido ninguna vacuna para humanos. Tampoco tiene capacidad de maquilar antídotos desarrollados en el exterior
Iván Darío Vélez, director de PECET de la Universidad de Antioquia.
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Redacción. Bogotá
La Contraloría General de la República ha publicado en un informe, fechado el 3 de noviembre de 2020 en el que se hizo un análisis sobre la pandemia por COVID-19 en Colombia, y evidenció que
en el país no se produce ninguna vacuna para humanos ni se tiene la capacidad de maquilar antídotos desarrollados en el exterior, desde el 2001 a nivel nacional.
En ese sentido, la Universidad de Antioquia ha señalado que
Colombia bajó la guardia, en cuanto a la producción de vacunas ya que, las exigencias de buenas prácticas de manufactura, el cumplimiento de requisitos internacionales y la negociación masiva con las farmacéuticas por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para entregar de manera gratuita las vacunas del plan ampliado de inmunización, han sido algunos de los obstáculos para continuar con la producción nacional.
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El INS no tenía cómo cumplir con los nuevos estándares ni competir en materia de costos”, ha explicado
Iván Darío Vélez, director del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Antioquia (PECET).
Asimismo,
Claudia Marcela Vélez, docente de la Facultad de Medicina de la Alma Máter ha recalcado que,
se necesitaba de una intervención económica significativa por parte de los gobiernos para que el INS pudiera seguir con la fabricación de biológicos, pero se decidió suspender su trabajo, lo cual fue un desacierto.
“En tres procesos productivos no se puede depender de otros países: vacunas, medicamentos y alimentos, porque cuando llegan las guerras o pandemias, como en la actualidad,
lo primero que hacen los Estados es detener las exportaciones para atender sus propias necesidades”, ha advertido la docente.
Para los académicos, lo ocurrido en Colombia ha demostrado que hay una falta de visión de largo plazo y la
desconexión del trabajo gubernamental con las farmacéuticas y la academia para buscar alternativas viables con inversiones importantes. Así lo ha expresado también
Carlos Guillermo Garcés, pediatra infectólogo de la Universidad de Antioquia.
La propagación de la COVID-19 y la necesidad de contar con antídotos de manera oportuna para lograr la inmunidad de rebaño en el menor tiempo posible, muestran que esta dependencia de otras naciones ha sido una verdadera limitante en materia de salud pública. Para Garcés,
esto no solo ocurre con las vacunas, sino también “con los medicamentos para atender las necesidades de las unidades de cuidados intensivos”.
Retomar la producción de vacunas
De acuerdo con los académicos, Colombia podrá volver a producir vacunas.
El país tiene las capacidades para reactivar la producción de vacunas, sin embargo, lograr esto dependerá de generar iniciativas público-privadas y se cuente con el apoyo permanente de las universidades.
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Es trabajar hombro a hombro entre el Gobierno, industriales y academia, porque podemos sentarnos a quejarnos o poner toda nuestra energía y capacidades para construir un nuevo futuro”, ha manifestado el director del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Antioquia.
Según ha resaltado Vélez, Medellín está preparada para tener
una fábrica de producción de biológicos que cumpla con todas las condiciones de buenas prácticas y calidad internacionales, por sus avances en materia científica.
“Contamos con el talento humano, el Comité Universidad Empresa Estado,
un ecosistema de innovación, Ruta N y los múltiples laboratorios en las universidades que vienen trabajando juntos. Se necesita voluntad política por parte de los gobernantes para facilitar los procesos y estudios de factibilidad para que los inversionistas se convenzan y le apuesten al reto”, ha explicado el director.
Teniendo en cuenta la crisis mundial por el SAR-CoV-2, en el corto plazo para Colombia una de las metas podría ser la fabricación,
bajo la modalidad de maquila, de algunos componentes de las vacunas que ya existen.
“Es la forma de volver a este campo de trabajo, entrenarnos, desarrollar nuestras capacidades y adquirir experiencia”, ha indicado
Claudia Marcela Vélez, sin embargo,
aún en Colombia no hay ningún plan gubernamental que clarifique el panorama.
Según Garcés, para lograrlo se necesitaría ampliar la capacidad de los laboratorios de biología molecular y la adquisición de los insumos necesarios para desarrollar la parte seleccionada del proceso de producción. “
Aquí es muy importante que la academia deje de satanizar todo lo que provenga de la industria farmacéutica para poder trabajar en equipo”, ha señalado.
Al momento, Colombia concreta una nueva apuesta para entrar al terreno de la producción de vacunas, los colombianos
seguirán expectantes del “gota a gota” en el que se ha convertido la esperanza de la inmunización por la COVID-19.
En el marco de la pandemia se han evidenciado los vacíos de los diferentes sistemas de salud del mundo. Por ello, Vélez ha indicado que
el gran reto del presente para Colombia ha sido avanzar con el programa de inmunización y participar de manera activa en este proyecto global.
Sobre los ensayos clínicos en la Universidad de Antioquia
Desde septiembre del año pasado el Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Antioquia (PECET), ha sido uno de los centros investigativos escogidos en Colombia por la multinacional Johnson & Johnson para la evaluación de la fase 3
, etapa clínica definitiva, de su vacuna Janssen contra la COVID-19.
Para los miembros del Programa,
esta acción ha sido un avance importante en materia de desarrollo científico y la posibilidad para que Colombia empiece a figurar de nuevo en el panorama mundial de vacunación.
El PECET ha asegurado que
se han inmunizado 118 personas en Antioquia con la vacuna Janssen, a las que se les hace un seguimiento continuo que se extenderá por dos años y que por lo pronto ha demostrado que el biológico no tiene efectos secundarios significativos.