Edición Médica

Javier Quintero, jefe del servicio de psicología del Hospital de San José.

 Karen Juliete Rojas Gaitán. Bogotá
 
A nivel global, el suicidio es la cuarta causa de muerte en jóvenes entre los 15 y 29 años, seguido por los accidentes automovilísticos, la tuberculosis y la violencia interpersonal, de acuerdo con el último reporte que ha dado a conocer la Organización Mundial de la Salud (OMS).
 
Este 10 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, el cual ha sido organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la OMS, con el objetivo general de crear conciencia acerca de la prevención del suicidio en todo el mundo.
 
Dentro de los objetivos de esa celebración incluyen promover la colaboración de las partes interesadas y el autoempoderamiento para abordar las autolesiones y el suicidio a través de acciones preventivas.
 
Esto se puede lograr mediante el desarrollo de capacidades de los proveedores de atención médica y otros actores relevantes, difusión de mensajes positivos e informativos dirigidos a la población en general y grupos en riesgo como los jóvenes, y facilitando un debate abierto sobre la salud mental en el hogar, la escuela y el lugar de trabajo, etc. También se anima a las personas que están contemplando el suicidio o se ven afectadas por él a que compartan sus historias y busquen ayuda profesional.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Javier Quintero, jefe del servicio de psicología del Hospital de San José, ha dicho que “las acciones puntuales que se pueden implementar son estar alerta ante señales que indican que podría haber una conducta de riesgo suicida como algunos cambios de humor, alteraciones de sueño, el apetito, las personas que se empiezan aislar, frente a la identificación de esas señales, lo relevante es crear espacios para que esas personas sean escuchadas. Y la idea que nos convertimos en fuente de buena escucha, en caso de que los síntomas aumenten lo mejor es acudir con un profesional en salud mental”.
 
Quintero ha asegurado que “en Bogotá, por ejemplo, está la línea 106, en la que precisamente personas especializadas como psicólogos, psiquiatras, pueden dar un tipo de orientación o acompañamiento con relación a conductas suicida. Cuando hablamos de acciones de riesgo suicida muchas veces dejar a la mano objetos con los que uno pueda lastimarse, eso hay que evitarlo y en lo posible estar acompañados todo el tiempo”.
 
En Colombia, tan solo en el primer trimestre del año, 708 personas se quitaron la vida, según el último informe del DANE; 585 fueron hombres, realidad que convierte al suicidio en la tercera causa de muerte externa en esta población. En las mujeres es la cuarta, después de los accidentes de tránsito, agresiones (homicidio) y otros accidentes. Además, la entidad ha indicado que el 25 por ciento de la población colombiana expresó haber sentido tristeza, depresión, estrés y soledad durante la pandemia.
 
“Hay que sensibilizar a la gente en estos temas en colegios, universidades. Tengo de buen referente a la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS), que ha generado programas de acompañamiento y sensibilización a la comunidad, son escenario en los que participan estudiantes, personal de salud y profesores, en lo que se les indica cómo deben actuar en caso de presentar una situación de esa índole. Eso permite que la gente se meta en sintonía con el tema”, ha manifestado Quintero,
 
Asimismo, Quintero ha agregado que “en este punto es relevante hablar del tema en las casas, porque muchas veces se desconoce o se estigmatiza conversar de conductas suicidas. Valoro mucho que esta celebración, ya que hace parte de esos ejercicios que ayudan a dar a conocer todo lo que se está haciendo con relación al tema del suicidio”.
 
También ha contado que “es necesario gestionar las emociones y aprender a afrontar las situaciones son los primeros pasos para impedir que ocurran fenómenos como el suicidio. Es vital frenar la estigmatización frente a los pensamientos suicidas. No deben ser juzgados ni callados, pues ponen en riesgo la vida de las personas”.
 
“En Colombia estamos haciendo los primeros pinos sino nos comparamos con otros países, este es un tema que hay trabajarlo para generar esa conciencia, no solo hoy. A esto se suma el consumo de sustancias psicoactivas, depresión, entre otras, por eso creo que se deben realizar acciones mucho más fuertes con respeto a la salud mental, que es un contenido de salud pública”, ha concluido Quintero.

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