Cada vez aumenta la evidencia sobre el menor riesgo de hospitalización y muerte por contagios con ómicron
Personas entre los 60 y los 69 años cuentan con un riesgo de ingreso hospitalario del 75 por ciento más bajo, según un estudio
Neil Ferguson, profesor del Imperial College.
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Redacción. Bogotá
Al momento, la variante Ómicron (B.1.1.529)
ha alcanzado, gracias a su mayor transmisibilidad y salida inmunitaria,
posicionarse como la dominante a nivel global en tiempo récord. Lo que se disminuyó en cifras récord de contagios en la mayoría de los países, respecto a olas anteriores en términos de carga asistencial para los sistemas sanitarios.
Cabe mencionar que, la tasa de cobertura de las vacunas contra la COVID-19 ha contribuido significativamente con la disminución de casos. La evidencia con la que se cuenta hasta la fecha ha indicado que los
contagios por la variante ómicron provocan una enfermedad más leve que las variantes anteriores.
En ese sentido,
un estudio reciente dirigido por un grupo de investigadores del Centro MRC para el Análisis Global de Enfermedades Infecciosas del Instituto Jameel del Imperial College de Londres, ha contado con la participación de expertos de la Universidad de Cambridge y de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (HSA, por sus siglas en inglés); publicando sus resultados en la revista The Lancet.
Ese sería el estudio más grande realizado hasta la fecha sobre el riesgo de hospitalización y resultados de mortalidad comparando las variantes Ómicron y Delta;
analizado los datos de 1.516.702 casos de personas con COVID-19 por una infección causada por alguna de estas dos variantes entre el 29 de noviembre de 2021 y el 9 de enero de 2022.
Antes de analizar los resultados de este trabajo,
los investigadores observaron la gravedad relativa más baja comparada con la variante Delta que, a su vez, se asocia con un mayor riesgo de enfermedad grave que Alfa (B.1.1.7), más grave que las cepas originarias del virus registradas en Wuhan (China) a finales del mes de diciembre de 2019.
Los investigadores han destacado que, en este estudio
las personas infectadas por la variante Ómicron tienen menos probabilidades de ser hospitalizadas que aquellas infectadas por la variante Delta, por ejemplo.
Asimismo, el grupo de investigadores, tras ajustar una serie de factores, ha hallado que el riesgo de
ingreso hospitalario para los casos de COVID-19 provocados por Ómicron es hasta un 59 por ciento más bajo que en el caso de Delta. El riesgo de muerte se reduce en casi un 69 por ciento.
“Junto con la alta transmisibilidad de Ómicron,
la carga hospitalaria y la mortalidad podrían ser altas en poblaciones con bajas coberturas vacunales. Por lo tanto, recibir tres dosis de la vacuna es crucial para reducir la carga en los sistemas de atención médica”, ha señalado el estudio.
Es preciso indicar que,
los resultados en términos de riesgo de hospitalización y muerte varían en función de la edad de los pacientes. En el caso de las personas con edades comprendidas entre los 60 y los 69 años, el riesgo de ingreso hospitalario es un 75 por ciento más bajo para los infectados por Ómicron.
En el caso de la mortalidad, la investigación ha denotado que el riesgo de fallecimiento como consecuencia de la infección por alguna de estas dos variantes
continúa siendo bajo en el caso de los niños.
Los autores del trabajo señalan que
es posible que la similitud entre las variantes con relación al riesgo de hospitalización en niños que presentan estas dos variantes se deba a los ingresos preventivos.
Por otro lado, la investigación ha reforzado la evidencia científica sobre el importante papel de la vacunación en la prevención de las hospitalizaciones y muertes por COVID-19. Esto se debe a que
las personas vacunadas han presentado un riesgo considerablemente menor de hospitalización y muerte en comparación con aquellas que no habían sido vacunadas.
Los resultados y conclusiones obtenidos en este estudio aplican tanto a los infectados por Ómicron como por Delta.
Sobre la importancia de completar los esquemas de vacunación
Los resultados también han precisado que, aquellos que habían completado los esquemas de vacunación y se les había inoculado una dosis de refuerzo antes de la infección,
el riesgo de ingreso hospitalario fue, aproximadamente, un 80 por ciento menor. En el caso del riesgo de muerte, un 85 por ciento.
"Nuestro estudio destaca que Ómicron es menos grave que Delta y que la vacunación reduce sustancialmente la enfermedad grave para ambas variantes. Unos
resultados que deben interpretarse en el contexto de que Delta es más grave que las variantes anteriores", han expresado los investigadores.
De acuerdo con la investigación, en los no vacunado el riesgo de requerir ingreso en un hospital ha sido un 70 por ciento menor, mientras que el de muerte es de un 80 por ciento más bajo en las infecciones provocadas por Ómicron frente a Delta.
Unos datos que muestran que la variante Ómicron tiene una gravedad intrínseca menor que la variante Delta.
Sobre la inmunidad adquirida previamente
Otro de los aspectos destacados de la investigación es que, las personas que han padecido con anterioridad la infección por SARS-CoV-2 también presentan cierto grado de protección. En estos casos
el riesgo de ingreso hospitalario ha sido 45 por ciento menor para los no vacunados que habían tenido una infección previa en comparación con los no vacunados que se infectaban por primera vez.
Para
las personas vacunadas con infección previa no se ha observado una reducción adicional en el riesgo ya de por sí bajo de hospitalización con el que cuentan. No obstante, el riesgo de muerte fue menor para aquellos con infección previa tanto en vacunados como en no vacunados.
“Aunque encontramos que las vacunas son algo menos efectivas para prevenir la hospitalización, su efectividad sigue siendo sustancial. El estudio muestra que
la vacunación siempre es muy beneficiosa para reducir el riesgo, incluso ante Ómicron”, ha expresado el profesor del Imperial College,
Neil Ferguson.
“Curiosamente, el grado de gravedad que se reduce varía según la edad, con la mayor reducción de la gravedad observada en
personas de entre 50 a 70 años, con una reducción menor en los grupos más jóvenes, ha señalado Ferguson.
El experto ha conlcuido que, “si bien podemos estar seguros de que las variantes futuras conserven características de Ómicron,
la gran reducción en la gravedad observada sin duda ha facilitado que los países pongan fin a las restricciones impuestas por la pandemia”.
Una de las autoras del estudio,
Anne Presanis, ha enfatizado que “se destaca que Ómicron es menos grave que Delta y que la vacunación reduce sustancialmente la enfermedad grave para ambas variantes. Unos resultados que deben interpretarse en el contexto de
que Delta es más grave que las variantes anteriores”.
“Junto con la alta transmisibilidad de Ómicron,
la carga hospitalaria y la mortalidad podrían ser altas en poblaciones con bajas coberturas vacunales. Por lo tanto, recibir tres dosis de la vacuna es crucial para reducir la carga en los sistemas de atención médica”, ha finalizado Presanis.