Edición Médica

Laura Lara Castor, líder de la investigación y docente de la Universidad de Washington.

Redacción. Bogotá
Desde el ámbito médico y comunitario se ha hecho hincapié en la importancia de mitigar el impacto de las bebidas azucaradas. Como agentes clave en la promoción de la salud, los profesionales de la salud tienen un papel esencial en sensibilizar a la población sobre los riesgos asociados con estas bebidas y abogar por políticas públicas que protejan la salud de los colombianos.
 
Recientemente, un estudio publicado en la revista Nature Medicine ha arrojado cifras alarmantes sobre los efectos del consumo de bebidas azucaradas (SSB, por sus siglas en inglés) en la salud, revelando que uno de cada diez casos de diabetes tipo 2 y una de cada treinta afecciones cardiovasculares a nivel mundial pueden atribuirse a estas bebidas. Colombia se encuentra entre los países más afectados de los 30 más poblados del mundo, según ha evidenciado la investigación.
 
El equipo liderado por la profesora Laura Lara Castor, de la Universidad de Washington, ha empleado modelos estadísticos y registros de la Base de Datos Dietéticos Mundiales para evaluar el impacto de las bebidas azucaradas en el desarrollo de enfermedades metabólicas crónicas. El estudio, que incluyó datos de 2.9 millones de personas de 118 países entre 1990 y 2020, ha destacado que el consumo global de estas bebidas aumentó un 16 por ciento durante el período analizado, con un promedio de 2.6 porciones semanales por adulto.
 
Para el caso de Colombia, el consumo de bebidas azucaradas es particularmente alto, con un promedio de 17.4 porciones semanales por persona. Este aumento ha contribuido significativamente al incremento de casos de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares (ECV). Los autores del estudio han calculado que, en 2020, cerca de 3.3 millones de incidentes cardiovasculares y diagnósticos de diabetes fueron asociados al consumo de SSB.
 
Cabe mencionar que, Colombia se encuentra en el centro de esta crisis sanitaria, con la alta prevalencia de enfermedades crónicas vinculadas al consumo de bebidas azucaradas. La investigación indica que los hombres jóvenes, las personas que viven en áreas urbanas y aquellas con niveles educativos más altos son más vulnerables a estas afecciones. El estudio también ha resaltado la falta de medidas suficientes para frenar el consumo de estas bebidas, a pesar de los esfuerzos en algunos países para imponer impuestos y regulaciones.
 
Asimismo, el estudio enfatiza que en el país, los intentos de aprobar un arancel a las bebidas azucaradas han sido bloqueados por presiones de la industria, lo que impide que se tomen medidas más contundentes para proteger la salud pública. A pesar de algunos avances, como la propuesta de un impuesto renovado en 2022, los esfuerzos siguen siendo insuficientes para abordar el problema de manera eficaz.
 
Llamado a la acción: políticas públicas y estrategias preventivas
 
La investigación ha subrayado la necesidad urgente de implementar políticas de prevención y respuesta que no solo aborden los factores sociales, sino que también estén alineadas con los objetivos globales de salud. Entre las estrategias recomendadas figuran la imposición de nuevos impuestos, el etiquetado frontal obligatorio en los envases, regulaciones estrictas sobre publicidad, la mejora de la oferta alimentaria en las escuelas y la optimización del suministro de agua potable, especialmente en las áreas rurales.
 
Este estudio representa una oportunidad crítica para redoblar esfuerzos en la prevención y promoción de hábitos saludables, destacando la necesidad de una respuesta integrada que involucre a todas las partes interesadas en la lucha contra el consumo de bebidas azucaradas y sus consecuencias devastadoras para la salud pública.

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