Crecen las brechas en acceso a servicios y atención en zonas rurales de Colombia, revela Índice de Salud rural 2024
El 37,3 por ciento de las ESEs están en riesgo financiero, mientras que el acceso a servicios básicos y atención médica sigue siendo limitado en las zonas rurales
Augusto Galán Sarmiento, director ejecutivo de Así Vamos en Salud.
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Redacción. Bogotá
El Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud ha presentado la
segunda edición del Índice de Salud Rural 2024 (ISR), un informe que alerta sobre las dificultades persistentes en el acceso a servicios de salud, agua potable, y atención médica en las áreas rurales de Colombia. Los resultados muestran una situación crítica, marcada por la insuficiencia en infraestructura,
escasez de personal médico y problemas financieros que afectan la sostenibilidad de los hospitales públicos rurales.
Entre 2022 y 2024, el porcentaje de Empresas Sociales del Estado (ESE) en
riesgo alto creció significativamente, pasando del
16,8 por ciento al 37,3 por ciento. Este aumento refleja la creciente incapacidad de los municipios rurales para gestionar de manera eficiente los recursos destinados a la salud, lo que pone en peligro la calidad y continuidad de los servicios médicos esenciales.
El informe también ha destacado las deficiencias en servicios básicos en las zonas rurales. Solo el 41,1 por ciento de los municipios tienen acceso a alcantarillado, y la cobertura de agua potable es insuficiente, con el 39 por ciento de los municipios presentando una cobertura inferior al 50 por ciento. Además, en muchos territorios, los servicios de telemedicina y
atención a enfermedades como la
depresión o mamografías no superan el 1 por ciento, lo que agrava las desigualdades en el acceso a la salud.
La
distribución de médicos es otro
punto crítico. De los 520 municipios analizados, solo tres tienen más de 100 médicos por cada 10.000 habitantes, mientras que 116 municipios apenas cuentan con un solo médico, afectando principalmente a regiones como Cundinamarca, Santander y Norte de Santander. Este déficit de personal médico aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad, dejando a miles de personas sin acceso a atención adecuada.
El estudio ha revelado que la atención en salud mental, en particular para tratar la depresión, es prácticamente inexistente en las zonas rurales dispersas, con tasas de cobertura que no superan el 1 por ciento. En cuanto a la salud materna, el control prenatal presenta una
cobertura desigual, con cifras alarmantemente bajas en departamentos como Vaupés, Guainía y Vichada, lo que aumenta el riesgo de complicaciones maternas y neonatales.
En términos de violencia de género, el informe ha destacado la alarmante situación en las zonas rurales y ZOMAC, con municipios como Pajarito (Boyacá) y Oicatá (Boyacá) reportando más de
370 casos de violencia contra la mujer por cada 100.000 habitantes, lo que subraya la urgencia de implementar políticas de prevención y atención en estas comunidades.
Por su parte,
Augusto Galán Sarmiento, director ejecutivo de Así Vamos en Salud, ha resaltado la necesidad urgente de mejorar la infraestructura y la gestión de los recursos en el sector salud rural. "Cerrar las brechas en salud requiere una
inversión sostenida en infraestructura, capacitación y políticas focalizadas, así como alianzas público-privadas que mejoren el acceso a servicios en las comunidades vulnerables", ha expresado.
El informe también ha enfatizado la importancia de una respuesta intersectorial que involucre al Estado, la sociedad civil y el sector privado para abordar los
ocho hallazgos críticos del Índice de Salud Rural 2024 y mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales más vulnerables.
El dato
El estudio se ha basado en el análisis de
520 municipios de Colombia, aplicando la metodología del Índice Nacional y Departamental de Salud, con datos recolectados entre enero y julio de 2024.