Crisis Humanitaria en el Catatumbo: sistema de salud desbordado por violencia y desplazamiento
Hospitales saturados, escasez de medicamentos y morgues colapsadas agravan la situación sanitaria en Norte de Santander
Fernando Álvarez, director del Instituto Departamental de Salud de Norte de Santander.
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Redacción. Bogotá
La región del Catatumbo, en el departamento de
Norte de Santander, enfrenta una
crisis humanitaria sin precedentes, producto de los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, que han dejado un saldo de 80 personas muertas y al menos
5.000 desplazados. Esta situación ha llevado al colapso de la red hospitalaria, exponiendo las graves deficiencias del sistema de salud local para atender a la población afectada.
De acuerdo con
Fernando Álvarez, director del Instituto Departamental de Salud de Norte de Santander, los hospitales de la región están operando al límite de su capacidad. La ocupación hospitalaria general alcanza el 76 por ciento, mientras que áreas críticas como maternidad y pediatría han superado sus niveles de atención, generando una presión insostenible sobre los recursos disponibles.
“La atención a los desplazados ha sido oportuna, pero el flujo constante de personas que llegan debido a la violencia ha sobrepasado la capacidad de respuesta del sistema de salud”, ha advertido Álvarez en medios locales.
Hospitales colapsados, morgues desbordadas y escasez de insumos médicos
El
hospital Emiro Quintero Cañizares, en Ocaña, se ha convertido en el epicentro de la atención médica de emergencia, recibiendo pacientes remitidos de municipios como San Calixto, Teorama, Convención, El Carmen y Tibú. Sin embargo, la sobrecarga de pacientes ha generado
escasez de medicamentos esenciales, agravando la crisis asistencial.
Álvarez ha explicado que la falta de insumos, combinada con la alta demanda de servicios médicos, ha dificultado la atención de los pacientes desplazados, muchos de ellos con heridas graves producto del conflicto armado.
Otro aspecto crítico de la crisis es el
colapso de las morgues, que operan entre el
135 y el 140 por ciento de su capacidad, según ha detallado Álvarez. En Ocaña, las autoridades han tenido que habilitar
espacios transitorios para manejar el aumento de cuerpos, mientras que el
Hospital Erasmo Meoz ha implementado medidas similares con morgues temporales para aliviar la presión.
No obstante, estas soluciones son insuficientes, y se requieren
acciones inmediatas para fortalecer la infraestructura forense y garantizar un adecuado manejo de los cuerpos en condiciones dignas.
Frente a este panorama, el director del Instituto Departamental de Salud hizo un
llamado urgente al Ministerio de Salud y a organismos de cooperación internacional para que se destinen recursos adicionales, tanto en términos de infraestructura hospitalaria como en el suministro de insumos médicos esenciales.