Edición Médica

Edwin Herazo, doctor en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Karen Juliete Rojas. Bogotá 
La Universidad Nacional recientemente ha dado a conocer los resultados de la investigación Análisis sociopolítico de las políticas nacionales de salud mental en Colombia 1998-2019, en la que analizaron la configuración de estas políticas nacionales, desde un enfoque sociopolítico y con perspectiva histórica.
 
La investigación ha tomado en cuenta las dinámicas en las que estas políticas están inmersas y que responden a un régimen de expansión de capital, que afecta la materialización de la salud mental como derecho individual y colectivo.
 
Al respecto, en entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Edwin Herazo, doctor en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), ha explicado que la investigación “permitió comprender los procesos sociopolíticos en la configuración del campo de la salud mental en Colombia, reflejados en las políticas de salud mental y la forma como las prácticas en salud mental, el sistema de salud y las políticas mismas continúan ancladas en la perspectiva biomédica, desatendiendo las diversidades humanas y sociales”.
 
Asimismo, Herazo ha detallado que entre los resultados “la vulneración de derechos es constante en el proceso de atención y desatención del campo de la salud mental en Colombia, en donde el constreñimiento a las personas para que adapten su vida a las demandas del sistema económico y político se visten de intervenciones de salud mental y en una perpetuación de la visión a través de la lupa del trastorno”.
 
No obstante, el profesional también ha reconocido otra situación paradójica en la investigación, “al hacerse visible que, aunque el discurso de la salud mental ha permitido la incorporación de nuevos enfoques en el campo de la salud mental, se han expedido leyes, decretos y resoluciones que amplían el marco explicativo y el horizonte del campo de la salud mental en Colombia, llegando a considerarse la salud mental como un derecho fundamental, un asunto de interés y prioridad nacional y de Salud”.
 
“El enfoque de: ‘si tiene depresión o ansiedad tómese estas pastillas’ sigue imperando con algunos psiquiatras como la voz principal, desconociendo, desde aquella época, a expertos de otras disciplinas que incluyen los aspectos sociales, culturales y económicos como determinantes clave de la salud mental”, ha agregado Herazo.
 
Para el investigador, se deberá disponer de un sistema especial de habilitación de servicios de base comunitaria y no obligarlas a adaptarse a las IPS corrientes, “ya que de esta manera se termina por desvirtuar la esencia de los servicios de base comunitaria”.
 
Por último, Herazo ha hecho énfasis en la necesidad de un “cambio profundo en la formación del talento humano en salud mental, en donde el enfoque biomédico sea uno de otros enfoques necesarios que faciliten la transformación del campo de la Salud mental, para que se convierta en un escenario emancipador y solidario en el que las personas y comunidades construyan una vida con sentido para sí mismos y para sus comunidades”.
 
El dato
 
La Asociación Colombiana de Psiquiatría ha indicado que, actualmente, cerca de 1.283 psiquiatras atienden a más de 1.530.000 personas que sufren de trastornos como depresión, ansiedad, bipolaridad, déficit de atención o intentos de suicidio.

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