DEMANDA DE FÁRMACOS
Estudio revela que medicamentos contra el cáncer e infecciones son los que más escasean en Colombia
Entre los factores que influyen está el aumento de precios, menores porcentajes de importación
Janeth Stefany López López, magíster en Ciencias y Farmacología de UNAL.
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Karen Juliete Rojas Gaitán. Bogotá
Un estudio realizado por
Janeth Stefany López López, magíster en Ciencias,Farmacología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en el que analizó los casos de desabastecimiento de medicamentos en Colombia entre 2012 y 2018, ha dado a conocer
el comportamiento de estas alertas y plantear recomendaciones para prevenir o gestionar mejor las respuestas ante estos casos que se presentan en el país.
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, López ha explicado que se analizaron cuatro variables principales, “un índice
que ha permitido ver la concentración de mercado de los medicamentos, y otro para analizar las variaciones en los precios de los medicamentos; el control de precios como otra variable importante o asociada con el desabastecimiento con datos obtenidos de las circulares que ha publicado la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos y dispositivos médicos; y una cuarta variable asociada con el porcentaje de importación, la cual denominamos teniendo en cuenta las unidades vendidas en Colombia”.
Dentro de la investigación se han observado las alertas hechas por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) y el Ministerio de Salud y Protección Social (MinSalud) en el periodo comprendido entre 2012 y 2018.
En ese sentido, López ha indicado que se hizo un
análisis de las cuatro variables para comparar la relación con el desabastecimiento de medicamentos. “En total se detectaron 73 medicamentos con desabastecimiento en Colombia, oficialmente publicados por el Ministerio de Salud y el Invima, de los cuales los grupos mayoritarios son los antiinfecciosos y los antineoplásicos”, ha indicado.
Asimismo, López ha agregado que “también encontramos que
hay unas formas farmacéuticas que predominan en los casos de desabastecimiento como son las formas inyectables y las tabletas o capsulas de liberación convencional”.
Según ha señalado el Invima, algunas de las causas del desabastecimiento de medicamentos obedecen al aumento de la demanda (que supera la producción habitual); la descontinuación del producto;
problemas de manufactura por inconvenientes en la producción del medicamento; problemas en la adquisición de materia prima, e insuficientes oferentes (titulares de registro que comercializarán el medicamento).
“Hallamos que con el desabastecimiento se aumentan los precios, por lo que eso amerita que haya una vigilancia. Asimismo encontramos que a menores porcentajes de
importación, es decir que, a mayor fabricación nacional eso
se asocia más con la situación de desabastecimiento”, ha recalcado López.
De acuerdo con la investigadora, una de las principales recomendaciones que
deja su estudio ha sido contar con una política industrial activa y local que permita hacerle frente al bajo número de oferentes y a la alta concentración de mercado, con el fin de contar con una herramienta local para evitar o gestionar los desabastecimientos, siempre y cuando esta considere otros factores como la necesidad existente y predominante en el mundo de producir materias primas.
Es de destacar que la investigadora da como una de las recomendaciones principales “contar con una política industrial activa y local que
permita hacerle frente al bajo número de oferentes y a la alta concentración de mercado, con el fin de contar con una herramienta local para evitar o gestionar los desabastecimientos, siempre y cuando esta considere otros factores como la necesidad existente y predominante en el mundo de producir materias primas”.
Del mismo modo, sugiere evaluar la relación que
puede existir entre los casos de desabastecimiento que se presentan y la entrada de nuevos agentes terapéuticos en el mercado, debido a la presión tecnológica existente y su relación con los desenlaces clínicos y económicos para el país.
“La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) debe vigilar activamente el comportamiento de los precios en los casos de desabastecimiento, con el fin de
identificar las situaciones de especulación, acaparamiento y prácticas anticompetitivas; así mismo, esta gestión debe permitir analizar e indagar otras posibles causas de esos incrementos desde la perspectiva de la política industrial y que considere las capacidades de producción local”, ha concluido López.