Edición Médica

En Colombia, solo el 36,1 por ciento de los bebés reciben lactancia materna exclusiva.

Redacción. Bogotá
Durante la charla científica "Cerrar la brecha: Apoyando la lactancia materna para todos," Alexandra Hernández, experta del Ministerio de Salud y Protección Social, ha destacado la importancia de fortalecer la lactancia materna exclusiva y re-lactancia para mejorar la salud infantil.
 
Hernández ha señalado que, a nivel global, la tasa de lactancia materna exclusiva es del 43 por ciento, con una meta de la OMS del 50 por ciento. Sin embargo, en Colombia, solo el 36,1 por ciento de los bebés reciben lactancia materna exclusiva, y en poblaciones con menos recursos, esta cifra baja al 33,1 por ciento.
 
La especialista ha precisado que, la disminución en la práctica de la lactancia materna se debe a múltiples factores, incluyendo el alto consumo de fórmulas infantiles y la influencia de la industria de las fórmulas, así como creencias erróneas sobre los efectos de la lactancia en la salud y apariencia física de las madres. Además, la falta de apoyo institucional y comunitario, así como la desinformación, han contribuido a esta tendencia negativa.
 
Asimismo, Hernández ha advertido sobre las consecuencias del no consumo de leche materna exclusiva hasta los 6 meses de edad, incluyendo mayor riesgo de desnutrición, infecciones intestinales y respiratorias en el corto plazo, y enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes en el largo plazo.
 
Recomendaciones y acciones futuras para el sector Salud
 
Hernández ha hecho un llamado a los profesionales de la salud y a las entidades territoriales para reforzar las campañas de promoción de la lactancia materna y re-lactancia, y eliminar los obstáculos que impiden su práctica. La lactancia debe ser exclusiva hasta los 6 meses y complementaria hasta más de los 2 años, alineándose con las recomendaciones internacionales.
 
Para mejorar las tasas de lactancia materna, Hernández ha subrayado la importancia de implementar estrategias efectivas y basadas en la evidencia, y fomentar un entorno que apoye a las madres, eliminando las barreras culturales y económicas que dificultan esta práctica esencial para la salud infantil.

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