Humanizando la Medicina: superando estigmas en el tratamiento de pacientes con síndrome de Down
En diciembre de 2011, la Asamblea General ha designado el 21 de marzo como el Día Mundial del Síndrome de Down
En este 2024, se ha hecho un llamado para acabar con los estereotipos.
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Redacción. Bogotá
El síndrome de Down, una condición intrínseca a la humanidad presenta una amplia variabilidad en su manifestación, afectando tanto el aprendizaje como la salud física en diversos grados. El acceso oportuno a la atención médica, programas de intervención temprana y educación inclusiva se han convertido en pilares fundamentales para
fomentar el desarrollo integral de las personas afectadas.
De ese modo, el reconocimiento oficial del 21 de marzo como el Día Mundial del Síndrome de Down por parte de la Asamblea General de la ONU en diciembre de 2011, busca impulsar la sensibilización pública y destacar la dignidad inherente y las valiosas contribuciones de quienes viven con esta condición. Además, enfatiza la
importancia de su autonomía e independencia, incluida la capacidad de tomar decisiones propias.
En este 2024, se ha hecho un llamado para
acabar con los estereotipos en todo el mundo. Los estereotipos, prejuicios arraigados y simplificaciones injustas, perpetúan la discriminación y subestimación hacia las personas con síndrome de Down y discapacidad intelectual. La tendencia a tratarlos como niños, subvalorarlos e incluso
excluirlos de la sociedad, contribuye a situaciones de maltrato y abuso.
Erradicar estos estigmas es crucial para promover una atención médica y social más justa e inclusiva.
Cabe mencionar que, el síndrome de Down es una alteración genética ocasionada por la presencia adicional de material genético en el cromosoma 21, conlleva a la discapacidad intelectual. De acuerdo con los registros de la ONU, a nivel global, su incidencia
se estima entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 1.100 nacimientos.
A pesar de presentar mayor predisposición a problemas de salud, avances médicos y sociales han significado una mejora notable en la calidad de vida de estas personas.
En el pasado, la esperanza de vida no superaba los 10 años; sin embargo, actualmente, cerca del 80 por ciento de los adultos con síndrome de Down sobrepasan los 50 años.
Esto, gracias a intervenciones médicas y parentales tempranas que satisfacen sus necesidades sanitarias, incluyendo evaluaciones periódicas para monitorear su
desarrollo físico y mental, así como una intervención temprana mediante fisioterapia, educación especial inclusiva y otros sistemas de apoyo comunitario.
No existen estadísticas oficiales en Colombia que proporcionen un panorama completo sobre la prevalencia del síndrome de Down. Sin embargo, según datos recabados por organizaciones no gubernamentales dedicadas a la defensa de los derechos de las personas con esta condición, se estima que aproximadamente 1
de cada 650 recién nacidos en el país se ve afectado por este síndrome.
El dato
Según el
Programa Iberoamericano de Salud para Personas con Síndrome de Down, tras un extenso período de investigación, seguimiento y evidencia, se ha constatado que las intervenciones más efectivas para mejorar la calidad de vida de las personas con síndrome de Down son la Medicina preventiva y la estimulación psicomotriz.
Estas se han detallado de la siguiente manera: un Programa de Salud focalizado en la detección y tratamiento de las afecciones más comúnmente asociadas al síndrome de Down, y un Programa de Atención Temprana diseñado para
potenciar al máximo el desarrollo de las habilidades de la persona con síndrome de Down.