Edición Médica

Giovanny Rubiano García, director general del INS.

Redacción. Bogotá
La infección por Candida auris ha cobrado relevancia en los últimos días tras el caso de Javier Acosta, un paciente que solicitó la eutanasia luego de que una bacteria ingresara a su cuerpo, contaminando su sangre y causando un daño significativo. Aunque en el caso de Acosta la infección se atribuye a una piscina, el Instituto Nacional de Salud (INS) ha indicado que este tipo de hongo afecta principalmente a personas en entornos hospitalarios y no suele transmitirse en espacios comunitarios.
 
En un comunicado, el INS ha recalcado que Candida auris es un hongo oportunista que afecta principalmente a pacientes hospitalizados con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellos en cuidados intensivos o con dispositivos médicos permanentes. Entre 2018 y 2022, se reportaron 1.455 casos de infecciones invasivas por Candida auris, destacándose Bogotá, Bolívar y Atlántico como las regiones más afectadas.
 
Este patógeno es especialmente preocupante debido a su alta resistencia a los antifúngicos, lo que lo convierte en un reto significativo para los equipos de salud. Además, tiene la capacidad de colonizar tanto la piel de los pacientes como las superficies cercanas, dificultando su erradicación, incluso con los procedimientos habituales de limpieza hospitalaria.
 
Al respecto, Patricia Escandón, microbióloga del INS, ha destacado que es importante un diagnóstico temprano para tratar eficazmente las infecciones fúngicas. Factores de riesgo como la edad avanzada, la diabetes, el uso de antibióticos de amplio espectro y la cirugía reciente aumentan la vulnerabilidad de los pacientes a contraer Candida auris.
 
“Hay ocasiones en que los pacientes pueden tener infecciones muy severas que afectan órganos vitales y provocar infecciones generalizadas. Son este tipo de pacientes para los que es muy importante un manejo rápido y oportuno con antifúngicos. Cuando se está expuesto a una infección por hongos es muy importante identificarlos rápidamente, con un diagnóstico adecuado por laboratorio, para así tratarlos de forma oportuna”, ha agregado la experta.
 
Estrategias de control y vigilancia
 
Según ha confirmado el INS, desde el 2016 se ha implementado una vigilancia activa, logrando identificar brotes en al menos 18 regiones del país. Las medidas preventivas, como el uso de desinfectantes clorados y una mayor vigilancia en las unidades hospitalarias, son esenciales para reducir la propagación de este hongo.
 
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la capacidad de Candida auris para resistir tratamientos y colonizar diferentes superficies continúa siendo un reto global. Por ello, la entidad de control ha enfatizado que la colaboración entre las instituciones de salud es crucial para garantizar la seguridad de los pacientes y controlar la diseminación de esta peligrosa infección.
 
El control de esta infección representa un reto para los centros hospitalarios. La desinfección con productos clorados y la detección temprana son clave para prevenir su propagación. Giovanny Rubiano García, director general del INS, ha asegurado que, gracias a la vigilancia por laboratorio, se ha logrado identificar y monitorear la aparición de brotes, contribuyendo a la implementación de estrategias de control.

---