Investigación revela que costos compartidos en salud aumentarían los riesgos de mortalidad
Quienes pagan costos más altos en cuotas moderadoras presentarían mayor prevalencia de enfermedades crónicas poco identificables
Giancarlo Buitrago, director del Instituto de Investigaciones Clínicas de la Facultad de Medicina de la UNAL.
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Karen Juliete Rojas Gaitán. Bogotá
Giancarlo Buitrago, director del Instituto de Investigaciones Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y director de Investigaciones del Hospital Universitario Nacional (HUN),
ha venido desarrollando durante los últimos 5 años, junto con el trabajo de dos investigadores internacionales, una investigación en la que seleccionó los periodos entre 2011 y 2017, en los cuales evaluó la afiliación de los usuarios, que depende de los ingresos del individuo, en el caso de Colombia se asocia con tres niveles: de 1 a 2 smlv, de 2 a 5 y más de 5 smlv.
El resultado de la indagación es que las personas que pagan costos más altos en cuotas moderadoras o en copagos dentro del sistema de salud colombiano presentarían mayor prevalencia de enfermedades crónicas poco identificables,
debido a que acudirían menos a los servicios médicos. Esa situación aumentaría el riesgo de mortalidad en el país.
Y es que desde la aplicación de la Ley 100 en Colombia se establecieron dos métodos de costos compartidos, los cuales se conocen como “cuota moderadora” y “copago”.
La primera se utiliza generalmente para procedimientos ambulatorios, en los que el usuario paga por el hecho de adquirir un servicio, mientras que en el copago asume un porcentaje del costo total de los servicios utilizados o del monto total del procedimiento.
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Buitrago, ha explicado que “desde hace mucho tiempo,
más o menos desde los años 70, los economistas de la salud han mostrado la presencia del riesgo moral, que es un sobre consumo de servicios cuando los individuos están asegurados, es decir que al tener un seguro de salud terminan consumiendo más servicios de los que deberían consumir, si no están asegurados, de eso hay mucha evidencia. Es real y es un problema para los sistemas, es bueno asegurarlos, pero si van a consumir más aumentan los costos asociados a la atención en salud. La solución que han encontrado es incluir algo que se llama costos compartidos, es finalmente los costos que le dan a los usuarios, a los servicios de salud, que tiene que pagar para acceder a los servicios”.
Buitrago ha indicado que “en Colombia se incluyen dos de estos con la Ley 100, que llamamos cuota moderadora y copago, entonces usualmente esos costos compartidos se ponen en los sistemas de salud para que las personas no consuman más servicios de los que deberían consumir, ese es el objetivo. Sin embargo,
las consecuencias a largo plazo de los costos compartidos no se han evaluado y nuestro estudio en de costos compartidos en el mundo, no hay ninguna que sea tan largo y tenga tanta cantidad de datos. Nosotros en Colombia pudimos hacerlo para determinar los efectos de la cuota moderadora, gastos compartidos, servicios ambulatorios sobre la mortalidad de los individuos hasta los siete años. Tuvimos que hacer un seguimiento de más de 13 millones de personas afiliados al régimen contributivo y mirar su mortalidad durante siete años”.
“La mortalidad asociada a los costos es muy bajita, pero como tuvimos un gran tamaño de muestra y un seguimiento tan largo pudimos observar que los costos, que la cuota moderadora en el sistema colombiano aumenta la mortalidad, es decir que la persona que tenga una cuota moderadora más alta,
aumenta la mortalidad a los siete años, eso es algo muy importante, porque en el mundo ninguna investigación había mostrado evidencia sobre esto, además de eso tenemos que la cuota moderadora en servicios ambulatorios disminuye el consumo de servicios ambulatorios, para eso se da, para que la gente no consuma más, entonces si uno tiene que pagar consulta externa, medicamentos, deja de consumir por la cuota moderadora, eso no es nada nuevo.”, ha agregado Buitrago.
También ha resaltado que “al hacer eso, lo que sucede es que en el futuro las personas disminuyen la probabilidad de que sean diagnosticadas con una enfermedad crónica, no es que no sean crónicos,
es que el sistema se demora en detectar a una persona que tenga una enfermedad crónica, por ejemplo una persona que es hipertensa, como deja de ir al médico no se da cuenta que es hipertensa, y se tarda mucho más en saber que es hipertensa, porque no fue al sistema de salud, ya que la cuota moderadora es más alta”.
El dato
Con
este trabajo Buitrago ha ganado el Premio Adam Wagstaff a la investigación destacada sobre la economía del financiamiento y la prestación de servicios de salud en países de ingresos bajos y medios, otorgado por la Asociación Internacional de Economía en Salud (iHEA). Es de destacar que el premio entregado al profesor ha sido compartido con la investigadora de la India, Radhika Jain.