CUIDADORES PRIMARIOS
La pandemia de COVID-19 presenta otro reto de cuidado en Enfermería, el duelo de los padres
El Programa Madre Canguro en Bogotá ha generado recomendaciones sobre el cuidado por parte del personal de Enfermería
En el área de Enfermería no siempre se asumen las demandas de los cuidadores ante los procesos de duelo.
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Redacción. Bogotá
Las experiencias de los padres o los cuidadores primarios, frente a la atención de Enfermería ante la muerte del niño en el Programa Madre Canguro (PMC) en Bogotá,
han generado varias recomendaciones sobre el cuidado por parte del personal de Enfermería desde la hospitalización hasta la muerte y el duelo en el hogar, según ha indicado un nuevo estudio.
Al respecto,
Diana Katherine Alfonso Gamboa, magíster en Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y autora de la investigación, ha señalado que las experiencias del cuidador primario son estrategias de práctica humanizada,
dirigidas al recién nacido de menos de 37 semanas o menos de 2.500 gramos al nacer, y que se han fundamentado en recurso humano experto en el “empoderamiento” de la madre y la familia.
“
La tendencia es que el cuidado del personal de Enfermería se centre en la hospitalización, que también es fundamental para el proceso de duelo de los padres. Por eso les preguntamos a los cuidadores primarios ¿qué hizo el personal cuando el niño estuvo hospitalizado y qué les hubiera gustado que hicieran?”, ha indicado la magíster.
Cabe mencionar que, para llevar a cabo la investigación la expecialista ha recolectado información mediante entrevistas a profundidad a seis cuidadores primarios, las cuales fueron grabadas, transcritas textualmente y después analizadas de forma manual. “
Se identificaron 5 temas y 12 subtemas que describen las experiencias del cuidador primario con respecto a la atención de enfermería ante la muerte del niño en el PMC”, ha agregado Alfonso.
En ese sentido, el estudio ha encontrado que desde el Área de Enfermería no siempre se asumen las demandas de los padres o cuidadores,
pues a veces se olvida concebir al infante como hijo, dejándolo como cuerpo o como alguien más en estado de hospitalización.
“Vimos que la disposición del personal de Enfermería era muy limitada pues, aunque se ocupan de algunos trámites administrativos esenciales,
no deben dejar de lado la parte social, espiritual, mental y emocional en el cuidado de una familia”, ha estipulado la magíster.
Sin embargo, la especialista también ha esclarecido que, “
la atención de Enfermería ante la muerte del niño en el PMC puede mejorar si se centra en las expectativas y necesidades del cuidador primario, ya que comparten elementos comunes a pesar de ser una vivencia única y personal”.
Mayor acompañamiento
“Cuando muere un bebé, los padres sienten que nunca pudieron cumplir ese rol que esperaron, no pudieron guardar el cordón umbilical o la manilla que les dice que el bebé existió.
Son cosas que ellos hubieran querido hacer y que se pueden realizar a través de la creación de memoria”, ha puntualizado la investigadora.
De igual forma, Alfonso ha explicado que, durante el duelo es importante que haya un afrontamiento y duelo en el hogar. Sin embargo, la realidad es
que la enfermera no está presente en este proceso, y cuando lo están, su reconocimiento ante este no siempre es correcto.
“Por ejemplo, en ocasiones la enfermera no es consciente de la muerte del bebé, por lo que llama a los padres preguntando por las vacunas, por el
crecimiento y desarrollo de ese bebé que ya no está, lo que se convierte en un proceso de revictimización para ellos”, ha agregado Alfonso.
De acuerdo con la magíster, “la Enfermería tiene dos grandes retos: el primero es partir del cuidador, de las experiencias con las que se sintió agradecido y con las que no,
conocer cuáles fueron las expectativas del cuidado en una situación similar de duelo y acompañamiento, para que la enfermera pueda suplir esas necesidades; el otro reto es que el personal de Enfermería se vuelva en esencial, que acompañe el proceso de duelo del cuidador y su familia”.
En Colombia cada año nacen en promedio 100.000 bebés prematuros (12 por ciento). Según el DANE,
los niños que pesaron menos de 2.500 gramos al nacer en Bogotá corresponden al 13,5 por ciento y aquellos que alcanzaron hasta la semana 37 de gestación fueron el 23,3 por ciento.
El dato
Según ha informado la Organización Mundial de la Salud (OMS),
cada año nacen en el mundo alrededor de 20 millones de niños en condiciones de prematuridad y bajo peso, el 90 por ciento de los cuales son de países de medianos y bajos ingresos con tasas de sobrevivencia bajas.