A CAUSA DE LA COVID-19
Los trabajadores de salud son los más afectados por el aumento de ansiedad y depresión durante la pandemia
La OMS ha publicado un nuevo informe sobre la prevalencia global de los problemas de salud mental presentes durante la pandemia
La prevalencia global de ansiedad y depresión ha aumentado en un 25 por ciento.
|
Redacción. Bogotá
En el contexto de la pandemia por COVID-19, un nuevo informe científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha evidenciado que,
la prevalencia global de ansiedad y depresión ha aumentado en un 25 por ciento en el primer año.
De ese modo, se ha evidenciado que el
90 por ciento de los países encuestados ya
habrían incluido a la salud mental y el apoyo psicosocial en sus planes de respuesta al COVID-19, pero aun así persisten importantes brechas y preocupaciones.
“La información que tenemos ahora sobre el impacto de COVID-19 en la salud mental del mundo es solo la punta del iceberg.
Esta es una llamada de atención a todos los países para que presten más atención a la salud mental y hagan un mejor trabajo para apoyar la salud mental de sus poblaciones”, ha manifestado
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
El pasado 16 de enero se conmemoró a nivel mundial el día de la Lucha contra la Depresión, fecha en la que diferentes gobiernos aprovecharon para llamar la atención sobre los graves efectos en la salud mental de los trabajadores de la salud.
"Nos sentimos vulnerables o avergonzados y esto en los profesionales de la salud suele ser un sentimiento más intenso, lo que lleva a consultar tardíamente a los servicios de salud o que se proceda a conductas de alto riesgo como la automedicación. Reconocer y hablar de la salud mental entre los trabajadores de la salud es fundamental", ha expresado
Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud.
Sobre los más afectados
Entre los grupos
más afectados se encuentran los trabajadores de la salud, para quienes el agotamiento ha sido un desencadenante importante de pensamientos suicidas, según ha indicado el informe.
Claramente,
esta situación no solo afecta a los profesionales que han estado al frente de la pandemia sino a las personas del común, y es que también ha afectado la salud mental de jóvenes, quienes actualmente corren un riesgo desproporcionado de comportamientos suicidas y autolesivos.
Asimismo,
las mujeres se han visto más afectadas que los hombres y que las personas con condiciones de salud física preexistentes, como asma, cáncer y enfermedades cardíacas, que tenían más probabilidades de desarrollar síntomas de trastornos mentales.
Por otro lado, el informe ha señalado que
las personas con trastornos mentales preexistentes no parecen ser desproporcionadamente vulnerables a la infección por COVID-19. Sin embargo, cuando estas personas se infectan, es más probable que sufran hospitalización, enfermedades graves y la muerte en comparación con las personas sin trastornos mentales. Las personas con trastornos mentales más graves, como psicosis, y los jóvenes con trastornos mentales corren un riesgo especial.
Principales causas de este aumento
Según el informe, una de las principales causas de este aumento es el estrés sin precedentes generado por el aislamiento social. A esto
se suman las limitaciones en la capacidad de las personas para trabajar, buscar el apoyo de sus seres queridos y participar en sus comunidades.
Otros factores estresantes también son la soledad, el miedo a la infección, el sufrimiento, la muerte de uno mismo y de los seres queridos, el dolor después del duelo y las preocupaciones financieras.
Cabe mencionar que, este aumento en la prevalencia de los problemas de salud mental también ha coincidido con las
graves interrupciones en los servicios de salud mental, lo que deja enormes lagunas en la atención de quienes más la necesitan.
Durante gran parte de la pandemia, los servicios para afecciones mentales, neurológicas y por consumo de sustancias fueron los más interrumpidos entre todos los servicios de salud esenciales informados por los Estados Miembros de la OMS.
Muchos países también informaron de importantes interrupciones en los servicios de salud mental que salvan vidas, incluida la prevención del suicidio.
A fines de 2021, la situación había mejorado un poco, pero
hoy en día demasiadas personas siguen sin poder obtener la atención y el apoyo que necesitan para las afecciones de salud mental preexistentes y las nuevas.
El panorama en Colombia
En noviembre de 2021,
el Ministerio de Salud y Protección Social ha asegurado que destinó 8.5 mil millones de pesos para la atención de la salud mental, direccionando parte de la labor a las personas afectadas por el conflicto armado, dependientes de sustancias psicoactivas y por supuesto pacientes mentales post-pandemia.
El dato
Algunas de las consultas más frecuentes que ha reportado la Organización Mundial de la Salud son: ansiedad, pánico, depresión y comportamientos suicidas. Este último, lamentablemente se refleja en mayor medida entre los 20 y 24 años. Las cifras que maneja la Organización indican que
los pacientes de estos episodios aumentaron hasta un 27 por ciento en todo el mundo.