Edición Médica

La desnutrición aguda en menores de 5 años aumenta de 0,9 a 2,3 por ciento.

Redacción. Bogotá
A pesar de los avances en cobertura en salud y nutrición, desde la Unicef se ha enfatizado que Colombia sigue enfrentando un complejo panorama en relación con la desnutrición, que abarca desde la desnutrición aguda hasta el sobrepeso y la obesidad, factores que contribuyen al aumento de enfermedades no transmisibles asociadas a la alimentación.
 
La desnutrición por déficit ha incluido la desnutrición crónica y aguda, condiciones que afectan gravemente el desarrollo infantil. La desnutrición crónica, caracterizada por un déficit prolongado de nutrientes, tiene efectos irreversibles en los niños, comprometiendo su desarrollo físico y cognitivo. Los niños con desnutrición aguda, una condición más severa, presentan riesgos elevados de mortalidad si no reciben tratamiento urgente.
 
Según ha evidenciado la última Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN), aunque la desnutrición crónica ha disminuido, la desnutrición aguda en menores de cinco años ha aumentado, especialmente en poblaciones desplazadas y en regiones con difícil acceso a los servicios de salud, como La Guajira y Chocó.
 
Las deficiencias nutricionales, también conocidas como “hambre oculta”, afectan a los niños al no consumir suficientes micronutrientes esenciales, lo que puede tener efectos duraderos en su salud, incluso en la edad adulta. Además, la gestación representa una etapa crítica para prevenir la desnutrición, ya que una madre desnutrida tiene mayores riesgos de dar a luz a un bebé con bajo peso y retraso en el crecimiento.
 
Malnutrición por exceso: sobrepeso y obesidad
 
Por otro lado, la desnutrición por exceso es un fenómeno creciente en Colombia, debido al elevado consumo de alimentos ultraprocesados, bebidas azucaradas y la falta de actividad física. En 2023, el 24 por ciento de los niños de 5 a 12 años y el 17,7 por cientode los adolescentes presentaron sobrepeso u obesidad, una tendencia que también afecta a más del 54 por ciento de la población adulta.
 
Esta condición se ha presentado como la antesala de enfermedades no transmisibles como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas, que aumentan significativamente la carga de morbilidad en el país.
 
Las causas de la desnutrición en Colombia son diversas y están fuertemente relacionadas con el acceso limitado a alimentos nutritivos, el consumo de productos de baja calidad, la inseguridad alimentaria, la falta de acceso a agua potable y el bajo nivel de higiene.
 
Según ha corroborado el Programa Mundial de Alimentos (PMA), 15,5 millones de colombianos viven en inseguridad alimentaria, y más de 2 millones enfrentan una situación grave . Esta crisis también afecta las prácticas de lactancia materna, que han disminuido en la última década, lo que contribuye a la desnutrición infantil.
 
Desafíos regionales y sociales
 
Los departamentos con mayor prevalencia de desnutrición por déficit y exceso incluyen a La Guajira, Chocó, Antioquia y Valle del Cauca, regiones donde se combinan altos niveles de desnutrición y obesidad. La brecha en la detección temprana de la desnutrición es alarmante, con un 30 por ciento de los casos no detectados en algunas zonas rurales.
 
Asimismo, las comunidades indígenas y afrodescendientes, que representan un alto porcentaje de la población vulnerable, enfrentan dificultades adicionales debido a la falta de acceso a recursos y servicios de salud adecuados.
 
Frente a esta realidad, organizaciones internacionales como UNICEF están promoviendo la seguridad alimentaria como un derecho fundamental para garantizar que todos los niños reciban alimentos nutritivos, seguros y suficientes. Entre las estrategias implementadas están las campañas de concientización sobre hábitos alimenticios saludables, la promoción de la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y el fortalecimiento de políticas para regular la publicidad de alimentos ultraprocesados.
 
Por su parte, el gobierno se ha comprometido en la inversión de recursos para aumentar los beneficios nutricionales en las zonas más afectadas, y ha planteado reformas para mejorar la atención a la primera infancia, especialmente en los primeros 1.000 días críticos que abarcan desde la gestación hasta los dos años. de vida, un período crucial para la prevención de la desnutrición.
 
Aunque el panorama es desafiante, las políticas de salud pública enfocadas en mejorar la nutrición infantil y reducir la prevalencia de enfermedades asociadas a la desnutrición son fundamentales para contrarrestar las consecuencias a largo plazo de este problema.
 
De igual forma, se ha hecho hincapié en la importancia de colaborar en la identificación temprana de los casos de desnutrición, apoyar la educación nutricional en las comunidades y contribuir a la implementación de programas integrales que garantizan un acceso equitativo a alimentos saludables y servicios de salud para todos los niños colombianos.
 

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