Edición Médica

Nigel Rollins, científico de la OMS.

Redacción. Bogotá
Una nueva serie de tres artículos publicada en la revista The Lancet, ha dado a conocer cómo las tácticas de marketing de la industria de la leche de fórmula son explotadoras. Por ello, los expertos han requerido medidas drásticas urgentes para abordar las afirmaciones engañosas y la interferencia política.
 
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la influencia de la industria, que incluye el cabildeo contra las medidas vitales de apoyo a la lactancia materna, pone en grave peligro la salud y los derechos de las mujeres y los niños, según muestran los documentos.
 
“Esta nueva investigación destaca el enorme poder económico y político de las grandes empresas de leche de fórmula, así como los graves fracasos de las políticas públicas que impiden que millones de mujeres amamanten a sus hijos”, ha manifestado Nigel Rollins, científico de la OMS y autor de un artículo sobre comercialización de leche de fórmula. 
 
“Se necesitan acciones en diferentes áreas de la sociedad para ayudar mejor a las madres a amamantar durante el tiempo que quieran, junto con esfuerzos para abordar la comercialización de leche de fórmula explotadora de una vez por todas”, ha agregado Rollins.
 
La OMS ha enfatizado que, la lactancia materna proporciona beneficios inmensos e insustituibles a los bebés y niños pequeños. Ayuda a los niños a sobrevivir y desarrollar todo su potencial, proporcionando grandes beneficios nutricionales, reduciendo los riesgos de infección y disminuyendo las tasas de obesidad y enfermedades crónicas en la edad adulta. 
 
Sin embargo, a nivel mundial, solo alrededor de 1 de cada 2 recién nacidos se amamanta dentro de la primera hora de vida, mientras que menos de la mitad de los bebés menores de 6 meses reciben lactancia materna exclusiva, según han señalado las recomendaciones de la OMS.
 
Debido a las contribuciones significativas de la lactancia materna a la Salud de las personas, la serie Lancet ha recomendado un apoyo mucho mayor para la lactancia materna dentro de los sistemas de salud y protección social, incluida la garantía de una licencia de maternidad remunerada suficiente. 
 
Actualmente, alrededor de 650 millones de mujeres carecen de protecciones de maternidad adecuadas, señalan los documentos. Las afirmaciones de marketing engañosas y el cabildeo estratégico de las industrias láctea y de fórmula láctea se suman a los desafíos que enfrentan los padres, al aumentar la ansiedad en torno a la lactancia materna y el cuidado infantil.
 
Un libro de estrategias de marketing explotador
 
Impulsada por el informe de investigación The Baby Killer sobre la comercialización de leche de fórmula de Nestlé en países de ingresos bajos y medianos en la década de 1970, la Asamblea Mundial de la Salud ha desarrollado el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna (el Código) en 1981 y varias resoluciones posteriores. 
 
No obstante, la comercialización intensiva de las fórmulas para lactantes continúa en gran medida sin cesar, y las ventas de estos productos se acercan ahora a los 55.000 millones de dólares estadounidenses al año, según ha destacado la OMS.
 
El primer artículo de la serie Lancet ha documentado cómo las afirmaciones de marketing engañosas explotan directamente las ansiedades de los padres en torno a los comportamientos normales de los bebés, lo que ha sugerido que los productos lácteos comerciales alivian la irritabilidad o el llanto, por ejemplo, que ayudan con los cólicos o prolongan el sueño nocturno. 
 
Los autores han enfatizado que, cuando las madres cuentan con el apoyo adecuado, estas preocupaciones de los padres pueden manejarse con éxito mediante la lactancia materna exclusiva.
 
“La industria de la leche de fórmula utiliza ciencia deficiente para sugerir, con poca evidencia de respaldo, que sus productos son soluciones para la salud infantil común y los desafíos del desarrollo”, ha manifestado Linda Richter de la Universidad de Witwatersrand, Sudáfrica. “Esta técnica de marketing viola claramente el Código de 1981, que dice que las etiquetas no deben idealizar el uso de fórmulas para vender más productos”.
 
La serie también ha explicado cómo el marketing de la leche de fórmula explota la falta de apoyo a la lactancia materna por parte de los gobiernos y la sociedad, mientras hace un mal uso de la política de género para vender sus productos. Esto incluye enmarcar la defensa de la lactancia materna como un juicio moralista, al tiempo que presenta la fórmula láctea como una solución conveniente y empoderadora para las madres que trabajan.
 
Adicional a ello, la serie también llama la atención sobre el poder de la industria de fórmulas lácteas para influir en las decisiones políticas nacionales e interferir con los procesos regulatorios internacionales. 
 
En particular, las industrias lácteas y de fórmula láctea han establecido una red de asociaciones comerciales que no rinden cuentas y grupos de fachada que cabildean contra las medidas políticas para proteger la lactancia materna o controlar la calidad de la fórmula infantil.
 
Se necesitan cambios en toda la sociedad

Además de poner fin a las tácticas de marketing explotadoras y la influencia de la industria, se necesitan acciones más amplias en los lugares de trabajo, la atención médica, los gobiernos y las comunidades para apoyar de manera efectiva a las mujeres que desean amamantar para que se convierta en una responsabilidad social colectiva, afirman los autores, en lugar de colocar la responsabilidad sobre las mujeres.
 
Los autores han destacado la necesidad de garantizar que las mujeres tengan protecciones de maternidad adecuadas garantizadas por ley, incluida la licencia de maternidad paga que se alinea, como mínimo, con la duración recomendada por la OMS de seis meses para la lactancia materna exclusiva. 
 
La OMS ha asegurado que, las protecciones de la maternidad deberían extenderse aún más a los millones de mujeres que trabajan en el sector informal que actualmente están excluidas de estos beneficios, señalan los documentos.
 
Más allá de la licencia parental, los autores solicitan un reconocimiento formal de la contribución del trabajo de cuidados no remunerado de las mujeres al desarrollo nacional. A nivel mundial, se estima que las mujeres realizan las tres cuartas partes de todo el trabajo de cuidado familiar no remunerado, más del triple que los hombres. Según algunas cuentas, esto contribuye a alrededor de un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) de un país.
 
“Dados los inmensos beneficios de la lactancia materna para sus familias y el desarrollo nacional, las mujeres que desean amamantar necesitan mucho más apoyo para que puedan alcanzar sus objetivos de lactancia”, ha dicho Rafael Pérez-Escamilla de la Escuela de Salud Pública de Yale. 
 
“Una gran expansión en la capacitación de profesionales de la salud sobre lactancia materna, así como la licencia de maternidad pagada por ley y otras protecciones son vitales”.
 
Ampliar la capacitación de los trabajadores de la salud sobre la lactancia materna es fundamental, han afirmado los documentos, para que puedan ofrecer asesoramiento especializado a los padres antes y después del parto.
 

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