Edición Médica

El 10 por ciento más rico de los países posee el 90 por ciento de los opioides.

Redacción. Bogotá
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un nuevo informe que aborda la desigualdad en el acceso a la morfina para uso médico, un medicamento vital en el tratamiento del dolor. El informe, titulado "Left behind in pain" (Quedando atrás en el dolor), ha resaltado los problemas de acceso a este medicamento esencial y propone medidas para mejorar su disponibilidad de manera segura a través de políticas equilibradas.
 
A pesar de que la morfina es eficaz y relativamente económica para aliviar el dolor intenso, existe una marcada disparidad en su acceso entre países. El consumo medio estimado de morfina es entre 5 y 63 veces mayor en los países de ingreso alto en comparación con los de ingreso bajo.
 
La pauta de consumo varía significativamente incluso entre países con niveles de riqueza similares, lo cual no se corresponde con las necesidades médicas. Esto se evidencia en el número estimado de días en los que las personas experimentan dolor o dificultades respiratorias graves debido a enfermedades terminales, según ha recalcado el informe.
 
Asimismo, estos datos han reflejado los hallazgos de la Comisión Lancet en 2018, que describió la falta de acceso a analgésicos como una de las desigualdades más atroces y ocultas en la salud mundial. El 10 por ciento más rico de los países posee el 90 por ciento de los opioides distribuidos en términos de equivalencia de morfina.
 
Por su parte, Yukiko Nakatani, subdirectora General de Medicamentos y Productos Sanitarios de la OMS, ha advertido que la falta de acción para aliviar el dolor cuando existen medicamentos eficaces, especialmente en el contexto de la atención al final de la vida, es motivo de gran preocupación. Se insta a garantizar un acceso seguro y oportuno a los medicamentos pertinentes en todo el mundo a través de políticas equilibradas.
 
La disparidad en el acceso a la morfina para uso médico se ha atribuido a múltiples factores interrelacionados. Entre los factores facilitadores se encuentran una buena gobernanza, procesos de adquisición y suministro confiables y eficientes, disponibilidad de recursos y actividades de capacitación. Por otro lado, existen obstáculos debido a legislaciones y políticas excesivamente restrictivas, servicios inadecuados y actitudes basadas en información errónea.
 
Dado que cada país presenta contextos nacionales distintos, los factores facilitadores, obstáculos y prioridades para implementar medidas varían. Una encuesta realizada a representantes de 105 Estados Miembros de la OMS confirma esta variación.
 
Por ejemplo, en el informe se ha evidenciado que el suministro irregular de morfina y otros opioides fuertes en establecimientos de salud son un obstáculo común en países de ingreso bajo y mediano en comparación con los de ingreso alto. Además, más de un tercio de los encuestados en todas las regiones señalaron obstáculos derivados de factores legislativos y normativos.
 
Si bien un marco legislativo y normativo sólido es importante para garantizar un acceso seguro, requisitos restrictivos pueden dificultar la disponibilidad de estos medicamentos y la prescripción o dispensación por parte de profesionales de la Salud.
   
Por lo tanto, la OMS ha enfatizado que se requiere cierta precaución en relación con los riesgos asociados con su uso en el tratamiento de dolores crónicos no relacionados con el cáncer. Sin embargo, estas preocupaciones no deben subestimar los beneficios del uso clínico de opioides cuando se utilizan de manera segura y fundamentada por profesionales debidamente capacitados.
 
Finalmente, el informe ha presentado un conjunto de medidas complementarias para mejorar el acceso seguro a la morfina. Esto incluye la implementación de programas a pequeña escala a nivel regional o estatal para mejorar el acceso a la morfina y otros cuidados paliativos esenciales, basados en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS y el módulo esencial de cuidados paliativos.
 
Además, se han propuesto acciones como mejorar la gobernanza, racionalizar los procesos de adquisición y suministro, asegurar recursos adecuados, fomentar las habilidades del personal de salud y aumentar la conciencia sobre los beneficios y riesgos del consumo de opioides. El logro de los resultados deseados dependerá de la colaboración y cooperación entre todas las partes interesadas a nivel nacional, regional y global.
 

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