Edición Médica

Los adultos mayores no vacunados tienen un riesgo, varias veces superior, de ser hospitalizados e incluso fallecer.

Redacción. Bogotá
El Ministerio de Salud y Protección Social (MinSalud) ha informado sobre los resultados obtenidos en un estudio realizado en adultos mayores de 60 años, con el fin de analizar la efectividad de las vacunas contra la COVID-19 en el mundo y en población altamente vulnerable.
 
En ese sentido, el estudio se ha llevado a cabo con vacunas autorizadas en Colombia como: Janssen (Ad26.COV2.S), Pfizer/BioNTech (BNT162b2), AstraZeneca (ChAdOx1 nCoV-19) y Sinovac (CoronaVac). La investigación se ha desarrollado durante los primeros 5 meses de la implementación del Plan Nacional de Vacunación.
 
Cabe mencionar que, a inicias de la pandemia, la información científica registrada daba cuenta que los adultos mayores se consideraban como la población más susceptible en contraer Sars-CoV-2 y con el mayor riesgo de desarrollar la infección por COVID-19 en sus manifestaciones agravadas.
 
Por ello, se habría deducido que los riesgos de muerte y hospitalizaciones especializadas también aumentaron en todo el país. La estrategia de la vacunación a este grupo de individuos ha sido acompañada de medidas mitigadoras del riesgo (no farmacológicas) que incluyen el lavado permanente de manos, distanciamiento físico y ventilación adecuada de espacios que siguen vigentes hasta el día de hoy.
 
Asimismo, el documento ha indicado que la investigación partió desde los datos de seguridad y eficacia reportados por las compañías farmacéuticas y avalados por autoridades sanitarias en todo el mundo. De acuerdo con los estudios científicos, las autoridades colombianas tomaron en cuenta lo siguiente: 62,1 por ciento para la vacuna Janssen; 95,0 por ciento para la vacuna Pfizer/BioNTech; 85,0 por ciento para la vacuna AstraZeneca y 65,3 por ciento para la vacuna CoronaVac de Sinovac.
 
Cabe recalcar que, desde el 24 de febrero de 2021 al 8 de septiembre de 2021, se contaba la aplicación de 9,5 millones de dosis de biológicos contra la COVID-19 en adultos mayores de 60 años. De este total, 45,3 por ciento de las cuales corresponde a segundas dosis o monodosis. Lo que significa que 4,3 millones de adultos mayores de 60 años tenían hasta la fecha de corte esquemas completos de vacunación, lo que corresponde a su vez al 60,5% de este grupo poblacional.
 
Según han indicado los investigadores, luego de seleccionar a los participantes se distribuyeron en grupos de acuerdo con características específicas: sexo, edad (en edades simples), haber sido diagnosticados con cáncer, diabetes, enfermedad renal crónica, hipertensión, VIH-Sida, el régimen de afiliación al sistema de salud (contributivo-subsidiado) y municipio reportado de residencia.
 
Sobre los resultados obtenidos en la investigación
 
El estudio se ha desarrollado en 3.346.826 adultos de 60 años, quienes a su vez fueron pareados en relación 1:1 (vacunado – no vacunado), considerando las características mencionadas anteriormente. No obstante, la base de datos que se analizó al final registraba una mayor proporción de mujeres (55,7 por ciento), con una edad promedio de 68 años.
   
Con respecto a la distribución de los participantes dentro de los regímenes del sistema de salud, en su mayoría los vacunados con Sinovac o Janssen pertenecían al régimen subsidiado. Por otra parte, la mayoría de los vacunados con Pfizer/BioNTech o AstraZeneca se encontraban cubiertos por el régimen contributivo de salud. Sin tener en cuenta este factor, la mayoría de los participantes completó el esquema de inmunización con la vacuna de Sinovac, Coronavac.
 
De igual forma, el estudio ha evidenciado que el riesgo de hospitalización y de muerte por COVID-19 ha sido mayor para las personas no vacunadas. De acuerdo con la publicación, los individuos no vacunados tienen un riesgo varias veces superior de ser hospitalizadas o fallecer por la enfermedad en comparación con las personas vacunadas.
 
Referente a la probabilidad de hospitalización o muerte por COVID-19, el índice ha aumentado notoriamente en personas mayores de 80 años. A pesar de ello, los individuos presentan con menor frecuencia desenlaces adversos, sin importar el grupo de edad cuando están vacunados contra el Sars-CoV-2. Además, para las vacunas Pfizer/BioNTech y Sinovac no se identificó pérdida de protección luego de la aplicación de las dosis.
 
Si se evalúa un tiempo prolongado luego de completar el esquema de inmunización, los individuos entre 60 y 69 años presentaron el menor riesgo, independientemente de la vacuna que les haya sido administrada. Para el caso de las personas entre 70 y 79 años, no se observaron mayores diferencias entre los que fueron vacunados con Pfizer, AstraZeneca o Janssen.
   
“Las vacunas se muestran altamente efectivas para prevenir la hospitalización sin muerte posterior (58,1 por ciento) y más aún para prevenir la muerte, tanto después de la hospitalización (69,0%) como sin hospitalización previa (65,3 por ciento)”, destaca el documento.
 
Por otro lado, el estudio realizado por el Minsalud, la efectividad de las vacunas contra la COVID-19 en las personas de 60 años y más en Colombia ha sido del 69,9 por ciento para prevenir la hospitalización que no conlleva a la muerte, del 79,4 por ciento para prevenir la muerte por COVID-19 después de que se presenta la hospitalización y del 74,5 por ciento para prevenir la muerte por COVID-19 entre quienes no fueron hospitalizados.
 
El documento también ha señalado que, los estimadores puntuales en magnitud han sido mayores para la vacuna BNT162b2 en todos los desenlaces y para los tres grupos etarios, pero las diferencias no son estadísticamente significativas. Por ello, las autoridades de salud en Colombia reiteran que todas las vacunas empleadas dentro del PNV confieren una protección adecuada contra la enfermedad severa y la muerte.
 
“Esta evaluación se convierte en una evidencia sólida para fortalecer el PNV, permitiendo construir mejores políticas públicas en la administración de estas vacunas, protegiendo el derecho a la vida, la equidad y cimentando argumentos que permiten la toma de decisiones frente a los planteamientos de la estratificación del riesgo para las personas de acuerdo con sus características sociodemográficas”, ha concluido el documento del MinSalud.

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