Edición Médica

Pepfar ha proporcionado tratamiento contra el VIH a más de 500.000 niños menores de 15 años.

Redacción. Bogotá
Un nuevo desafío crucial en el control del VIH ha inquietado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la suspensión inmediata de la financiación de los programas de lucha contra el VIH en países de ingresos bajos y medios, una medida que puede llegar a comprometer la detección temprana, el acceso a tratamientos y la sostenibilidad de los modelos comunitarios de atención.
 
En un comunicado, la OMS ha enfatizado que, esta decisión afectará gravemente a más de 30 millones de personas que dependen de terapias antirretrovirales vitales, lo que supondría un grave retroceso en la lucha contra la epidemia.
 
A finales de 2023, cerca de 39,9 millones de personas vivían con VIH en todo el mundo. La OMS ha advertido que la interrupción en la financiación no solo pone en riesgo la vida de quienes ya reciben tratamiento, sino que también compromete los esfuerzos de prevención y detección, lo que podría derivar en un aumento de nuevas infecciones y muertes.
 
Uno de los programas más afectados por esta crisis es el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del SIDA (Pepfar), que en dos décadas ha salvado más de 26 millones de vidas y actualmente financia el tratamiento de más de 20 millones de personas con VIH, incluyendo 566.000 niños menores de 15 años.
 
Cabe mencionar que, el Pepfar opera en más de 50 países y ha sido clave en la reducción de la mortalidad asociada al VIH. Sin embargo, la OMS ha asegurado que su repentina suspensión impide una transición controlada hacia la autosostenibilidad de los programas nacionales, lo que podría desestabilizar los avances logrados en las últimas décadas.
 
Ante este escenario, la Organización ha hecho un llamado urgente al Gobierno de los Estados Unidos para que permita exenciones adicionales que garanticen la continuidad del tratamiento y la atención a los pacientes con VIH. Además, reitera su compromiso de trabajar con Pepfar, gobiernos nacionales y otros socios para mitigar los efectos de esta crisis y evitar que el mundo regrese a los niveles de mortalidad registrados en los años 80 y 90.
 
El paso del VIH a través del tiempo
 
Los nuevos tratamientos han transformado la infección por VIH en una enfermedad crónica, lo que ha llevado a una reducción del 28 por ciento en la mortalidad en América Latina desde 2010. Sin embargo, este descenso es inferior al progreso global, que ha sido mayor debido a los avances en detección temprana, prevención e inicio rápido del tratamiento en África.
 
En América Latina y el Caribe, 2,5 millones de personas viven con VIH. Cada año, aproximadamente 120,000 personas contraen el virus y alrededor de 35,000 mueren por enfermedades relacionadas con el sida, como tuberculosis, meningitis por criptococo, histoplasmosis y toxoplasmosis. Desde 2010, el número de nuevas infecciones ha aumentado un 5 por ciento en América Latina, aunque ha habido una leve disminución en el Caribe.
 
El dato
 
Hasta la primera mitad de los años 90, los medicamentos para el VIH no eran efectivos y eran muy caros (aproximadamente 400 dólares al mes). Los programas de salud pública se enfocaban en prevenir y tratar infecciones en pacientes con sida. Brasil y Argentina fueron pioneros en ofrecer tratamiento gratuito, pero otros países de América Latina no lo hicieron de inmediato. Gracias a las denuncias de activistas, muchos gobiernos empezaron a cubrir los costos de los medicamentos en sus programas de salud pública y a garantizar el acceso a ellos.

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