Edición Médica

Guillermo Jaramillo, ministro de Salud.

Redacción. Bogotá
El pasado 17 de agosto se registró un temblor de magnitud 6.1 grados en la escala de Richter a 20 kilómetros de profundidad con epicentro en El Calvario, Meta, el cual sacudió el centro de Colombia, seguido de al menos dos réplicas de fuerte percepción para la ciudadanía, según reportó el Sistema Geológico Colombiano.
 
De acuerdo con las autoridades, el movimiento telúrico ha afectado a territorios como: Quetame, Guayabetal, Villavicencio e, incluso, en Bogotá, provocando varios daños reportados en las viviendas e incluso infraestructura hospitalaria.
 
Al respecto, el Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS) ha dado a conocer que, luego del rastreo y verificación de los 34 Centros Reguladores de Urgencias, Emergencias y Desastres del país, hasta el momento se reportan afectaciones en la infraestructura hospitalaria del Meta y no se presentan ingresos de pacientes con traumas asociados al evento.
 
Asimismo, el Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE) Boyacá había registrado un accidente minero, dejando a una persona atrapada en la mina Marañón, ubicada en la Vereda El Ato del municipio de Sativanorte, Boyacá. El CRUE Boyacá coordinó el envío de la ambulancia y el equipo médico al sitio de la emergencia.
 
Por su parte, el CRUE Meta había asegurado que, por lo ocurrido con el sismo en el departamento, se declaran en alerta naranja y que por tal motivo se cancelan todas las remisiones aceptadas de todos los municipios hacia Villavicencio, mientras analizan los riesgos a la infraestructura de las diferentes clínicas e instituciones de salud.
 
Adicional a ello, el CRUE Meta, también, ha notificado que se presentaron daños en la infraestructura del Hospital de Villavicencio y de las clínicas Meta y Primavera. 
 
El dato
 
El Ministerio de Salud ha recomendado la red hospitalaria verificar y activar sus respectivos planes de gestión del riesgo hospitalario y a la comunidad guardar la calma. Hay que recordar que los sismos no pueden ser predecibles y en este sentido se recomienda seguir las instrucciones de las entidades del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres.
 

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