Edición Médica

Carlos Arturo Álvarez, infectólogo y vicepresidente de Innovación y Desarrollo Científico de la Clínica Colsánitas.

Melba Lucía Murillo. Bogotá
En Reino Unido la vacuna de AstraZeneca ha generado una serie de inconvenientes jurídicos, por la denuncia hecha de 51 personas ante los posibles efectos segundarios generados por la presencia del síndrome de trombosis con trombocitopenia. Sin embargo, en Colombia no hay reportes de quienes recibieron una de las tres millones 475 mil dosis que llegaron al país por parte de esta farmacéutica para combatir el virus generado por el COVID-19.
 
Cabe mencionar que, la farmacéutica había admitido, por primera vez, que en casos muy raros su vacuna podría ocasionar TTS, al respecto el infectólogo Carlos Arturo Álvarez, vicepresidente de Innovación y Desarrollo Científico de la Clínica Colsanitas en entrevista con EDICIÓN MÉDICA ha respaldado la eficacia de la vacuna y ha hecho un llamado a la calma.
 
“Cuando se comenzaron a suministrar las vacunas y con el paso de los meses nos dimos cuenta que estas podrían generar algún contratiempo, pero en muy bajo porcentaje, por ello, de una manera muy rápida se recomendó que esta vacuna no se aplicara en la población joven, principalmente a las mujeres”, ha asegurado Álvarez.
 
No obstante, el infectólogo ha advertido que, “los efectos de estas vacunas, no sólo la de Aztrazeneca, sino también las otras que se aplicaron para combatir la COVID-19, eran en muy bajo porcentaje, y lo principal, en corto tiempo”.
 
Álvarez ha precisado que, los posibles efectos secundarios graves de las vacunas, como el síndrome de trombosis con trombocitopenia, generalmente se manifestarían poco después de recibir la dosis de la vacuna, no meses o años después. Esto implica que, si alguien ha sido vacunado y no ha experimentado este síndrome en los primeros meses después de la vacunación, es poco probable que lo desarrolle más adelante como resultado directo de la vacuna.
 
En ese sentido, el experto ha hecho énfasis en que “la misma enfermedad COVID-19 podría causar trombosis en una frecuencia mucho más alta de lo que se pudiera padecer con la misma vacuna”, por lo que ha subrayado que, a pesar de cualquier preocupación sobre posibles efectos secundarios, el beneficio de las vacunas en la prevención de enfermedades graves y en la reducción del impacto de la pandemia es considerablemente mayor.
 
“Colombia ha hecho un seguimiento a este proceso con el apoyo de un grupo de trabajo liderado por la Organización Panamericana de la Salud, el Ministerio de Salud y Protección Social, el Invima y el Instituto Nacional de Salud y esos estudios demuestran que las vacunas presentaron un rango de afectación de 2 por cada 100 mil habitantes”, ha explicado Álvarez.
 
La situación con los biológicos de AztraZeneca radica en la importancia de analizar cuidadosamente cada caso en el contexto de la vacunación. Álvarez ha reconocido que no todos los eventos negativos de salud que experimenta una persona después de vacunarse están necesariamente relacionados con la vacuna misma. “No siempre que una persona se vacuna tiene que presentar una condición clínica negativa”, ha dicho.
 
El experto ha recalcado que pueden surgir otros factores coincidentes o condiciones preexistentes que influyan en la salud de la persona. Por lo tanto, ha instado a que un grupo de expertos médicos evalúe minuciosamente cada caso para determinar si los síntomas o problemas de salud están directamente relacionados con la vacunación o si son parte de los efectos propios de la enfermedad COVID-19.
 
Por último, Álvarez advierte que “no debemos olvidar lo aprendido y ahora que estamos en época de lluvias se pueden presentar virus respiratorios, por ello, no se puede olvidar la importancia del tapabocas, el lavado de manos y de acudir a las vacunas.  En Colombia hay vacunas para la COVID-19, la Influenza, las cuales son importantes para proteger a las personas que más riesgo representan, incluyendo las mujeres embarazadas”.
 
El dato
 
La vacuna de AstraZeneca es producida por la farmacéutica Astrazeneca-SKBio de la República de Corea fue retirada del mercado de forma voluntaria a razones comerciales. La entidad argumenta que existe un excedente de vacunas en el mercado, situación que ha provocado una reducción en la demanda de Vaxzevria, que ya no se produce ni se suministra.

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