Vacunas, variantes y un enemigo sin estacionalidad: lo que revela el último informe de la OMS sobre la COVID-19
Este panorama subraya la importancia de mantener la vigilancia, especialmente en el sector salud
Viernes, 27 de diciembre de 2024, a las 14:04
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
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Redacción. Bogotá
A cinco años del primer caso de
COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado un
reporte detallado sobre la evolución del virus y su impacto global, advirtiendo que la enfermedad sigue activa y
sin estacionalidad definida. Este panorama subraya la importancia de mantener la vigilancia, especialmente en el sector salud, para garantizar una respuesta efectiva.
El informe destaca que, aunque se ha observado una reducción global en casos y fallecimientos, el monitoreo del
SARS-CoV-2 enfrenta serias amenazas debido a la
disminución en la vigilancia, pruebas y secuenciación. Esta tendencia, atribuida a la transición de una gestión de crisis a estrategias de control a largo plazo, afecta la capacidad de evaluar el impacto y la evolución del virus.
En regiones como Europa, la integración del monitoreo del SARS-CoV-2 en sistemas de vigilancia de enfermedades respiratorias alcanza el 96 por ciento, mientras que en el Pacífico Occidental es del 41 por ciento. Estas diferencias reflejan disparidades en la capacidad de respuesta y adaptación de los sistemas de salud.
Reducción en casos y mortalidad
Entre el 14 de octubre y el 24 de diciembre de 2024, se ha notificado una disminución general en la positividad de pruebas PCR, pasando del 13,6 al 10,8 por ciento a nivel global. En Europa, la positividad disminuyó del 14,4 al 10,4 por ciento, a pesar de registrar una actividad relativamente elevada.
Desde el inicio de la pandemia, se han reportado más de
7 millones de muertes confirmadas por COVID-19 en 234 países. Sin embargo, la mortalidad asociada se concentró principalmente entre 2020 y 2022, periodo que representó el 95 por ciento de las muertes registradas. La inmunidad adquirida por infección o vacunación ha sido clave para reducir significativamente las muertes desde 2022.
La evolución de las variantes
El SARS-CoV-2 ha mostrado una evolución constante, generando
variantes con
distintos niveles de transmisibilidad, gravedad y resistencia a las vacunas. Variantes como Alpha, Beta, Gamma, Delta y Ómicron marcaron hitos en la pandemia.
Ómicron, en particular, impulsó múltiples subvariantes como BA.1, BA.2 y BA.5. En 2023 surgieron variantes recombinantes como XBB y XBB.1.5, seguidas por BA.2.86, que evolucionó hacia JN.1, hoy la variante más prevalente.
KP.3.1.1, descendiente de JN.1, lidera actualmente la prevalencia global, mientras que XEC, una variante bajo vigilancia tiene un riesgo bajo para la salud pública.
COVID persistente y vacunación
El informe ha resaltado que la
COVID persistente (CCP) afecta a más del 90 por ciento de los casos tras infecciones leves, producto de las numerosas reinfecciones acumuladas en los últimos cinco años. Además, la vacunación ha demostrado reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta condición, reafirmando su relevancia en la estrategia sanitaria global.
Por último, la OMS ha advertido que la transición hacia el control a largo plazo de la COVID-19 requiere fortalecer la vigilancia,
integrar su monitoreo en sistemas existentes y garantizar un acceso equitativo a las medidas preventivas. Este llamado es crucial, considerando las lecciones aprendidas durante la pandemia y los desafíos que persisten en el ámbito local.